Tras darse a conocer que el subsecretario de Derechos Humanos de México, Alejandro Encinas, fue espiado con el software Pegasus, de la compañía israelí NSO, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que desconoce quién es el responsable de dicha acción, pero rechazó que se haya tratado de una acción producto de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Se pronunció por “no dar importancia” a este tipo de temas, ya que refrendó que su gobierno no espía a nadie.
Luego que el diario estadunidense The New York Times sostuvo que Encinas fue espiado mientras investigaba abusos de las fuerzas armadas, el presidente indicó que dialogó del tema con el funcionario federal. “Le dije que no le diera importancia porque no había ninguna intención de espiar a nadie”, agregó.
-¿Pero sí lo espiaron?- se le preguntó durante su conferencia de prensa matutina.
-No sé.
-¿Qué fue lo que le comentó?
-Que le habían preguntado del NYT si era espiado, y él contestó que probablemente sí, nada más, que de parte de quién, si antes todos espiaban y siguen espiando, de dónde salen la guacamayas.
En referencia al hackeo sufrido por la Sedena, dijo que éste le sirvió al empresario Claudio X González, a la vez que cuestionó quién está financiando eso, y si se trata de mexicanos o extranjeros.
“Entonces, no hay que darle importancia a eso. Lo que hay que estar muy consciente, es de que no se debe de espiar a nadie, que eso se hacía antes en la época de García Luna cuando ni el New York Times ni el Washinton Post ni el Wall Street Journal decían nada, y los medios en México menos”.
En la conferencia en el Salón Tesorería de Palacio Nacional se le insistió: ¿No se sabe si fue con Pegasus este espionaje?
-No
-¿Lo van a investigar?
No, es que nosotros no espiamos.
-Tiene la certeza de que no fue la Sedena
-No (fueron), y nosotros no espiamos, no somos iguales, y no torturamos, y en este gobierno no hay masacres como había anteriormente y se respetan los derechos humanos.
Asimismo, recordó que ha presentado en un par de ocasiones el reporte con el que se informaba de sus actividades cuando era director del instituto indigenista en Tabasco, en 1979. Además, frente a su casa en Villahermosa, estaba un carro de los encargados del espionaje”.
Dichas acciones, recalcó, se repitieron “hasta en la pasada elección, hay pruebas de que espiaban a toda la familia, y lo siguen haciendo, pero son muy hipócritas nuestros adversarios”.