Ciudad de México. En el panteón de San Lorenzo Tezonco, en Iztapalapa, se erige el primer Mausoleo para víctimas de transfeminicidio en el mundo, que será un espacio de memoria y estará concluido en junio próximo.
La colocación de la primera piedra de este espacio es “una fiesta de resultado, de una lucha para honrar la vida de las mujeres trans y dignificar y preservar su memoria”, afirmó la fiscal general de Justicia, Ernestina Godoy Ramos.
Se trata, argumentó la presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), Geraldine González de la Vega, de “un acto de justicia, el darles un espacio digno y de memoria a esta comunidad, que sigue en el centro de las violencias”.
En el evento, donde estuvieron legisladores locales y federales, así como Brisa Maya Solis, directora ejecutiva de promoción y agendas en derechos humanos, en representación de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez, integrantes de la comunidad trans gritaron los nombres de quienes se han ido, como una forma de recordarlas.
Kenia Cuevas, del colectivo de la Casa de Muñecas Tiresia, destacó que se trata de “un día histórico para recordar a nuestras hermanas, que contarán con este primer Mausoleo de Mujeres Trans”, quienes tienen una perspectiva de vida de 35 a 40 años, porque “la muerte nos persigue”.
El transfeminicidio de Paola Buenrostro hace siete años impulsó la realización de este proyecto, pues “muchos cuerpos quedan en el abandono, no hay familias que los reclamen y terminan en la fosa común, por lo que ahora los que están en este panteón, en el Tolentino y en el de Dolores, se concentrarán aquí, donde tendrán un lugar digno donde reposar”, señaló.
México ocupó en 2022 el segundo lugar en transfeminicidio con 56, sólo detrás de Brasil.
Previamente al evento, personal de Protección Civil verificó que se contará con las medidas de seguridad necesarias ante la llegada de más de un centenar de personas, comentó Freddy Hernández Sánchez, quien a sus 22 años y nueve de haber llegado a la Ciudad de México expresó su “pasión por estar dentro del equipo de PC y cuidar que todo salga bien y la gente no corra ningún riesgo”.