El cineasta mexicano Amat Escalante amplía horizontes con Perdidos en la noche, la película que –fuera de competencia– ha presentado en Cannes. Su historia de justicia, venganza y clases sociales, con un elenco internacional, espera llegue aún más lejos que sus títulos precedentes. La Jornada habló con él en exclusiva.
–Ésta es la vuelta del hijo prodigo a Cannes después de que su anterior filme se estrenara en Venecia. ¿Cómo se siente?
–Me da mucho gusto. Aquí estuve con mi primera película Heli, hace 10 años, y Tierry Fremaux sigue apostando por mí. Además, el recibimiento de la película ha sido muy caluroso. Estoy satisfecho de participar en una plataforma tan maravillosa como es Cannes.
–¿Por qué ha elegido trabajar ahora con actores profesionales, a diferencia de sus anteriores obras?
–Los personajes de mi historia eran precisamente eso, personas que tienen que ver con la fama, las redes sociales y el mundo del arte. Por eso elegí a Barbara Mori. Tiene mucha experiencia en telenovelas, es actriz de cine y sabía cómo era el mundo del que hablaban. Ester Expósito tiene muchos seguidores en Internet, sabe cómo usar las redes para entretener, mostrar su vida, su imagen, lo cual es todo un arte. Fernando Bonilla proviene también de una familia del espectáculo. Daniel García aporta mucho de su experiencia artística, lo cual está muy reflejado en su rostro. Me sentí a gusto con este casting. Adicionalmente me interesaba llegar a un público nuevo, abrir otras ventanas y sorprender. Creo que esta película tiene mayor potencial con estos rostros tan reconocidos.
–Sus películas son, al igual que ésta, controversiales. ¿Son historias reales?
–Estoy inspirado en la actualidad de México, en las situaciones que se viven a través de los temas que toco, las desapariciones forzosas que son muy comunes, especialmente en Guanajuato, donde resido. Es una ciudad minera, por lo que crecí rodeado de minas, de esa idea de aprovechar las tierras, no como agricultura, si no como empresas muy grandes con maquinarias que vienen a extraer cosas para luego venderlas en otros lugares y hacerse millonarios. Eso mismo fue lo que quise representar con la mina y con esta familia excéntrica que vemos en la historia.
–La violencia en México es una realidad recurrente en su cine. ¿Cuáles son sus motivaciones para mostrarla?
–Vivo en Guanajuato. Hace 10 años, cuando filmé Heli, no era como es ahora. No había el nivel criminal y de violencia que existe hoy, muy cerca de donde vivo. Eso está presente en mi vida. Es difícil pensar en no hablar sobre estas cosas que son importantes y afectan a tanta gente. El drama de ellos me inspira. Es una tragedia que vivo muy de cerca.
Infundir esperanza
–¿Perdidos en la noche puede ser un espejo de todo lo que está sucediendo en casi toda Latinoamérica?
–Sin duda. Es el reflejo del mundo entero. No esta situación en particular, pero donde sea hay mucha desigualdad social e injusticia. Por eso, me tengo que enfocar en lo que he visto y me resulta más familiar. De hecho, mis películas están ambientadas en Guanajuato, mi estado, porque me siento más cercano a estos temas. Para mí México es muy inspirador y bello, aunque también es contradictorio.
–¿Logra ver un halo de esperanza al final del túnel?
–Claro que sí. Por eso sigo haciendo películas que tratan de infundir esperanza, en los jóvenes, en el futuro.
–No hace mucho firmó con la importante agencia CAA. ¿Contempla trabajar para Hollywood como lo han hecho otros famosos cineastas mexicanos?
–Quizás me estoy abriendo las posibilidades, pues he querido por varios años hacer algo más internacional. Pero tiene que ser algo que me apasione, que es lo más difícil. Uniéndome a esta empresa, me expongo a más guiones y actores para poder hacer realidad diversos proyectos. Es una gran oportunidad.
–¿Cómo ve el momento actual del cine mexicano y la evolución de las ayudas públicas?
–No sé los mecanismos exactos que existan, pero creo que siempre es bueno seguir innovando. Se está haciendo mucho cine mexicano. Alguno no es tan bueno, hay otro que sí tiene mayor calidad, de la mano de una nueva generación de cineastas como Michel Franco, Carlos Reygadas, Lila Avilés... que quieren exponerse al mundo y dan mucha esperanza a nuestro cine.
–Rodó varios episodios de Narcos: México ¿Cómo fue la experiencia y cuál es su postura ante las plataformas?
–Fue una gran experiencia trabajar con diversos tipos de actores y mucho de esta película viene de aquella experiencia. Me sentí atraído por el tema de la fama, que traté de abordar aquí. Y de Narcos saqué muchos actores. Las plataformas están en desarrollo masivo, por eso han podido llegar a tantos hogares cambiando así el medio en modo radical y abrupto. Pero el cine en si no es tan fácil de cambiar, como comprobamos aquí mismo en Cannes. Yo sí aprecio mucho ver el cine en una sala, donde me puedo concentrar. Definitivamente, la experiencia de ir al cine no va a morir.