La existencia de alrededor de 250 embalses privados construidos en la subcuenca Valle de Bravo-Amanalco, en el estado de México, que han desviado cauces naturales y extraído agua, afecta la capacidad de almacenamiento de la presa Valle de Bravo, que es parte del Sistema Cutzamala, y que se encuentra en los umbrales mínimos históricos, señalaron organizaciones que presentaron una solicitud de investigación en el contexto del T-MEC por omisiones del gobierno en la aplicación de la legislación ambiental.
Advirtieron que la falta de autorizaciones de impacto ambiental y de cambio de uso del suelo para grandes proyectos inmobiliarios, así como para las presas privadas, son factores que inciden en los problemas que enfrenta la subcuenca, donde los ríos que desembocan en la presa tienen altos niveles de contaminación, en una región que es un área natural protegida.
Señalaron que en los últimos 50 años el desarrollo del municipio se ha gestado alrededor del turismo inmobiliario de fin de semana, promoviendo una privatización de recursos de uso común, accesos a la presa, manantiales, ríos, zonas boscosas, por parte de los residentes, que ha tenido un impacto en los espacios públicos de la población
.
A causa de la presión inmobiliaria, zonas con ciertos usos de suelo restringidos al desarrollo, como son las zonas forestales o agrícolas, están sujetas a la presión por cambios de uso de suelo y de densidad desmedidos que generan impactos ambientales acumulativos y año con año extienden la mancha urbana hacia zonas protegidas
, agregaron.
Esto ocasiona impactos considerables a la biodiversidad, incluyendo en ella muchas especies protegidas y endémicas de flora y fauna, así como en la captación de agua, la erosión del suelo, la contaminación del agua y del suelo por residuos sólidos no tratados
, agregaron en el documento presentado ante la Comisión de Cooperación Ambiental.
Además, dijeron, la calidad de agua que provee la cuenca se ha deteriorado por el azolvamiento y contaminación de la presa Valle de Bravo por las descargas directas de aguas negras por falta de drenajes y plantas de tratamiento de agua en funcionamiento, así como descargas a los ríos provenientes de la cuenca alta, de aguas residuales de prácticas agrícolas, mal empleadas, con altos componentes de nitratos.