Hiroshima, Japón. El presidente estadounidense Joe Biden respaldó el viernes los planes para que los pilotos ucranianos reciban entrenamiento en aviones de combate F-16 fabricados en Estados Unidos, de acuerdo con dos personas familiarizadas con el asunto, mientras se reunía con otros líderes de las democracias más poderosas del mundo sobre cómo endurecer las sanciones a Rusia por su invasión de 15 meses a Ucrania.
Los líderes del Grupo de los Siete se reunieron en Hiroshima, donde el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy se unirá a ellos el domingo en su viaje más alejado de su país desde que inició la guerra en febrero del año pasado.
Los líderes escucharon por primera vez el respaldo de Biden al entrenamiento de pilotos ucranianos en aviones de combate avanzados, como un paso previo al envío de los aviones a Ucrania.
Los líderes del G7 también establecieron nuevas sanciones contra Moscú y medidas para mejorar la efectividad de las sanciones financieras existentes con las que buscan reducir el esfuerzo bélico del presidente ruso Vladímir Putin.
“Nuestro apoyo a Ucrania no vacilará”, sostuvieron los líderes del G7 en un comunicado emitido después de reuniones a puertas cerradas. Prometieron “permanecer unidos contra la guerra de agresión ilegal, injustificable y no provocada de Rusia contra Ucrania”.
“Rusia inició esta guerra y puede terminarla”, afirmaron.
El entrenamiento para los cazas F-16 se llevará a cabo en Europa y probablemente comenzará en las próximas semanas, pero Biden señaló a los mandatarios que las decisiones sobre cuándo, cuántos y quién proporcionará los aviones de combate de cuarta generación, para que Ucrania los use en el campo de batalla, se tomarán en los próximos meses al tiempo que se brinda el entrenamiento.
Así lo afirmó el presidente estadounidense según una persona que habló bajo condición de anonimato para comentar las conversaciones privadas de Biden con sus aliados.
Zelenskyy ha pedido constantemente el suministro de aviones de combate de Occidente para reforzar las defensas de su país frente a la invasión de Rusia, pero hasta ahora ha enfrentado el escepticismo de Estados Unidos de que cambiarían el rumbo de la guerra. Ahora que Ucrania ha reforzado sus defensas aéreas con una gran cantidad de sistemas antiaéreos suministrados por Occidente, el gobierno estadounidense cree que los aviones podrían volverse útiles en la batalla y esenciales para la seguridad a largo plazo del país.