Washington. Las autoridades fronterizas estadunidenses no observaron un aumento sustancial
de los migrantes que cruzan la frontera desde México cuando las restricciones por el covid-19, conocidas como Título 42, terminaron en la medianoche del jueves, informó ayer el funcionario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) Blas Núñez-Neto.
Seguimos encontrando altos niveles de no ciudadanos en la frontera, pero no vimos un aumento sustancial de la noche a la mañana o una afluencia a la medianoche (cuando expiró la normativa)
. Agregó que la agencia no tenía cifras específicas porque la situación apenas comienza.
Los migrantes que se encontraban a lo largo de la frontera seguían adentrándose en el río Bravo para tratar de ingresar en Estados Unidos, mientras desafiaban a los agentes que desde el otro lado les gritaban que se regresaran. Otros trataban de acceder desde sus teléfonos celulares a la aplicación de citas, un proceso crucial del nuevo sistema. Los migrantes con cita cruzaron por un puente con la esperanza de una nueva vida. Adicionalmente, por medio de demandas legales, se buscaba frenar al menos algunas de las medidas.
En el centro de la ciudad de El Paso, Texas, decenas de migrantes permanecían frente a la iglesia del Sagrado Corazón, a pocas cuadras de la frontera con México, y el refugio donde apenas el martes pasado acamparon casi 2 mil. Líderes religiosos de la ciudad trabajan para proporcionar albergues, asesoramiento jurídico y oraciones a los migrantes.
El reverendo Daniel Mora indicó que la mayoría de los indocumentados hicieron caso de los volantes distribuidos esta semana por las autoridades que ofrecían una ”última oportunidad” para someterse a procesamiento y se fueron. El alcalde de El Paso, Oscar Leeser, dijo que mil 800 migrantes se entregaron el jueves a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
Melissa López, directora ejecutiva de Servicios Diocesanos para Migrantes y Refugiados en esta ciudad texana, indicó que muchos migrantes han estado dispuestos a seguir el camino legal, pero que también existía el temor a la deportación y a posibles sanciones penales.
Rubén García, director del refugio Annunciation House, en El Paso, y coordinador de una red regional de albergues, señaló que teme que los migrantes que atraviesan México puedan ser desviados por los contrabandistas lejos de las ciudades con infraestructura humanitaria hasta tramos remotos y desolados de la frontera.