Morelia, Mich. A partir de esta fecha fueron decretadas como zona natural protegida, tres mil 500 hectáreas del Cerro del Águila, ubicado al sur de Morelia, así como 500 hectáreas más del vecina zona elevada conocida como La Nieve. Aunado, a mil 500 hectáreas más del cerro El Quinceo, en la parte poniente de la capital michoacana.
Cabe señalar que las zonas arboladas de la periferia de Morelia han sido severamente afectadas por el cambio de uso de suelo para construcción de viviendas y fraccionamientos, así como para actividades agrícolas como el cultivo de aguacate, que ha afectado los mantos acuíferos.
El gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, subrayó que por ley, por acuerdos y consulta a los pequeños propietarios se logró recuperar el Cerro del Águila donde se encuentra los últimos pulmones de Morelia. “En esta zona se genera el 50 por ciento del agua que nutre a Morelia, Si se pierde este ecosistema generaríamos una alerta desértica y Morelia se quedaría sin agua”.
Dijo que se cuenta con una observación satelital, para saber dónde se provoca fuego o se talan árboles para el cambio de uso de suelo, “porque debe quedar claro que no ay permisos para sembrar aguacate ni ningún árbol frutal en este cerro”, subrayó Ramírez Bedolla.
Dijo que con estas cinco mil 500 hectáreas de zona protegida, sumadas a las 12 mil 653 hectáreas que hay en Morelia y sus alrededores suman 18 mil 153 hectáreas, que no deben quedar solo en “el papel” sino que estarán vigiladas.
El secretario de Medio Ambiente, Alejandro Méndez López, reconoció que la zona ecológica de La Mintzita -que abastece de agua potable al 30 por ciento de Morelia-, enfrenta una gran presión inmobiliaria, así como la extracción ilegal de agua por parte de la Unión de Piperos; el crecimiento de la mancha urbana, fertilizantes químicos, aguas negras de asentamientos irregulares, y amparos legales de toda esta zona.
En el caso del Cerro del Águila, enfatizó, se ha dado el cambio de uso de suelo para el cultivo de aguacate, la cacería ilegal de fauna silvestre, incendios forestales, plagas forestales, deforestación y extracción ilegal de madera.
“Con estas nuevas áreas naturales protegidas tendremos un cinturón verde en torno a la ciudad, sobre todo en las partes altas que nutren el manantial de la Mintzita, lo que ayudará a garantizar que los mantos freáticos se recarguen y detener la embestida de los cambios de uso de suelo”.