Salar de Atacama, Chile. Albemarle espera expandir sus operaciones de litio en el salar chileno de Atacama en 2028 con tecnología de extracción directa de litio (DLE) bajo su actual contrato con el gobierno, dijo a Reuters Ignacio Mehech, vicepresidente de Asuntos Externos para América Latina de la compañía.
“Va a depender de todos los permisos ambientales y sectoriales que tengan que obtenerse en Chile. Vamos también necesitar el escalamiento de las tecnologías y creemos que eso debiera estar implementado, si todo sale bien, hacia el año 2028–2029”, dijo Mehech durante una entrevista en las operaciones de la compañía en Atacama, en el norte de Chile.
Albemarle y SQM, los dos únicos productores de litio en Chile, extraen actualmente el metal mediante estanques de evaporación masiva a partir de salmuera extraída de depósitos subterráneos.
El presidente Gabriel Boric ha abogado intensamente por la tecnología DLE. El método, aún no probado comercialmente, podría preservar las capas freáticas al permitir la reinyección de la salmuera en el subsuelo una vez extraído el litio.
Aun así, la DLE sigue necesitando grandes volúmenes de agua dulce para filtrar el litio de la salmuera subterránea. Un proceso DLE desarrollado por Lilac Solutions, respaldada por Bill Gates, por ejemplo, usa 10 toneladas de agua por cada tonelada de litio producida.
El agua es un asunto espinoso en Chile, que sufre una larga sequía, más aún en el desierto de Atacama, una de las zonas más áridas del mundo, por lo que el uso del agua en la minería puede poner en conflicto a las empresas con las comunidades indígenas y amenazar a las poblaciones de flamencos y otra fauna salvaje.
“Sabemos que tenemos que tener aguas de otras fuentes, como por ejemplo agua desalada de mar, para poder implementar esa tecnología de extracción directa”, dijo Mehech, quien agregó que Albemarle firmó un acuerdo con CRAMSA, una empresa local que quiere construir una planta desalinizadora en el norte de Chile e infraestructuras para llevar el agua a la región.
“Si se suman más actores, porque nuestra demanda no es suficiente, (...) podríamos asegurar la llegada de agua desalada de mar a la cuenca del Salar de Atacama”, dijo Mehech. Albemarle satisface 500 de los 8 mil litros por segundo que CRAMSA necesita para poder abastecer la zona.
En cuanto a la reinyección de salmuera, Mehech dijo que Albemarle obtuvo los permisos ambientales y planea haber completado un programa piloto de reinyección para fin de año.
“Con la información que podamos generar de esos pilotajes vamos a generar probablemente una segunda campaña un poco más amplia, para ya tener una definición más certera de cómo debiera ser realizada la inyección”, agregó.
Esto permitiría a Albemarle aumentar la producción de litio en virtud de su actual acuerdo con Corfo, la agencia estatal de desarrollo de Chile con la que la empresa tiene un contrato hasta 2043, añadió.
Boric anunció el mes pasado un amplio plan para hacerse con el control de la industria del litio del país a través de asociaciones público-privadas encabezadas por el Estado.
Chile posee las mayores reservas de litio del mundo, pero perdió su puesto como primer productor porque el gobierno no ha logrado expandir la industria.
Países de todo el mundo se apresuran a proporcionar el metal necesario para alimentar los vehículos eléctricos. El anuncio de Boric asustó a algunos inversores, despertando el interés por países competidores como la vecina Argentina.
El miércoles, los productores de litio Livent y Allkem anunciaron una fusión de 10 mil 600 millones de dólares centrada en Argentina.
Tanto SQM como Albemarle han expresado su interés en ampliar sus operaciones en Chile, pero difieren sobre cuándo iniciar las renegociaciones.
El contrato de SQM expira en 2030, y la empresa ha indicado que pronto negociará con Codelco, la empresa estatal del cobre encargada de los nuevos acuerdos.
El presidente ejecutivo de Albemarle, Kent Masters, dijo a Reuters la semana pasada que está abierto a negociar antes de 2043 y que supervisaría cómo se desarrollan las conversaciones con SQM “para tener un poco de información”.
El ministro chileno de Economía, Nicolás Grau, dijo a Reuters que las conversaciones en el salar de Atacama se iban a “definir durante este gobierno”, que termina en 2026, pero Mehech ve un nuevo acuerdo después de esa fecha.
“Entendemos que no es necesario. Se nos ha asegurado por todos los actores del gobierno que nuestro contrato será íntegramente respetado hasta el 2043 y bajo esa realidad es que operamos”, explicó. “Cuando sea el momento, en el año 2038-2040, nos sentaremos de todas maneras a negociar con el Estado”.