La explanada del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, será el escenario de El Cisne Negro, una versión contemporánea de El lago de los cisnes –cuya coreografía más famosa fue una concepción del francés Marius Petipa hacia finales del siglo XIX–, interpretada por La Infinita Compañía a partir de hoy, con el propósito de acercar esa historia a un mayor público, con movimientos más libres e incluso realizados en una superficie con agua.
El bailarín, coreógrafo y director Rodrigo González, en su propuesta El Cisne Negro, hace una lectura contemporánea de la historia de amor de Odette y Sigfrido, basada en el cuento alemán El velo robado, de Johann Karl August Musäus.
El montaje cuenta con un diseño de escenografía con plataformas móviles y pisos de agua, así como un vestuario delicadamente diseñado, además de la música de Piotr Ilich Chaikovsky.
La historia fluye y la música fantástica de Chaikovski te hace vibrar siempre, todo eso nos permitió trabajar esta versión libre con mucha armonía y diligencia
, indicó González.
Sobre el trabajo creativo, el coreógrafo explicó que fue muy gratificante realizar la versión contemporánea porque se trata de un ballet muy conocido y que ha tenido la oportunidad de interpretar en distintas coreografías.
“El lago de los cisnes es un referente universal del ballet y cuando teníamos la temporada disfrutaba mucho la música, la atmósfera, la proximidad con el público; era toda una experiencia inmersiva cuando se realizaba en el Bosque de Chapultepec y, ahora, con esta propuesta, subimos del lago al Castillo de Chapultepec.
“La música es hermosa, pero a nivel de cuerpo, de movimiento, a veces los códigos predeterminados del ballet lo limitan y, en este caso, en la danza contemporánea, una de sus maravillas es que te permite mover libremente con zapatillas o sin éstas, con los dorsos libres y con una expresividad mucho más actual, con un espacio para la libertad y el movimiento.
“Los movimientos contemporáneos te hablan del cuerpo actual y eso fue muy disfrutable para mí tanto en el montaje como al ver a los bailarines justo con los movimientos que proponía. La versión libre se llama El Cisne Negro porque representa la otra cara de la moneda.”
Con el escenario de fondo del Castillo de Chapultepec, se presentará a Odette, a quien le han hecho una fiesta porque cumple la mayoría de edad. Von Rothbart, consejero y pariente lejano del padre de Odette, busca obtener su mano, el padre le ha hecho creer que tiene posibilidades. Ella, al sentirse un tanto cosificada, decide rechazarlo y Rothbart, quien también es hechicero, enfurece y vuelca su colera en Odette y toda su corte, a quienes transforma en cisnes y a ella la condena a volver a su forma humana cada noche para ver si, en alguna de aquellas noches, cambia de opinión.
Una noche Odette conoce a Sig-frido, quien se enamora de ella y está dispuesto a romper el hechizo; sin embargo, debe pasar la prueba de amor absoluto. Von Rothbart se transforma en cisne para confundir la mente y el corazón de Sigfrido, con el propósito de que nunca se pueda romper el encantamiento.
Odette, en su desesperación porque no se rompió el hechizo, nada con la intención de cruzar el lago, Sigfrido la sigue para alcanzarla, pero ambos perecen en el intento y Von Rothbart queda atrapado en su propio maleficio.
El elenco de la obra está encabezado por Carlos Coronel como el príncipe Sigfrido, Paulina del Carmen es Odette, Arturo Huerta interpreta a Von Rothbart, Domingo Rubio es el padre de Odette y Lilia Castaños la madre.
El Cisne Negro se presenta desde hoy hasta el 4 de junio de jueves a sábados a las 20 horas y domingo a las 19 horas en la explanada del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec (Primera Sección del Bosque de Chapultepec s/n, colonia San Miguel Chapultepec, Ciudad de México).