Bogotá. La decisión del gobierno del presidente Gustavo Petro de “afianzar” en el ámbito global la cooperación con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) generó sorpresa y cuestionamientos en la nación sudamericana debido a que el mandatario había criticado hace apenas algunos meses a esa organización.
De hecho varios sectores aliados de Petro —el primer presidente de izquierda en Colombia— cuestionaron en su momento la designación de Colombia como “aliado estratégico no miembro de la OTAN” durante la administración de su antecesor Iván Duque.
“¿Para qué la guerra si lo que necesitamos es salvar la especie humana? ¿Para qué sirve la OTAN y los imperios, si lo que viene es el fin de la inteligencia?...”, expuso Petro durante su discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre pasado.
En diálogo con The Associated Press, el exministro de Defensa y ex embajador de Colombia en Bruselas, Rodrigo Rivera, consideró positivo que el gobierno de Petro quiera afianzar esa relación con la OTAN, pero reconoce que está cayendo en “ambigüedades”, al mantener al mismo tiempo su cercanía con el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro.
“Es un acto de equilibrismo en donde todo el mundo adivina que el corazón del presidente está con Maduro y con (el mandatario ruso Vladimir) Putin, pero no tiene margen de maniobra para declararlo abiertamente”, dijo Rivera, quien considera que en el fondo la decisión podría representar la respuesta a un dilema: “Si nuestros intereses están del lado de las democracias o si están del lado de los regímenes autoritarios”.
El analista internacional y periodista Fernando Cvitanic consideró que la decisión es “muy contradictoria”.
“Se declaró neutro en la guerra con Ucrania, va a viajar a China, se acerca a Maduro... ¿Entonces cómo? Yo no puedo estar bien con Dios y con el diablo... ser aliado de la OTAN implica un alineamiento total”, consideró Cvitanic en comentarios a la AP.
El ex presidente de Colombia, Ernesto Samper, fue mucho más radical en su postura. Señaló que no está de acuerdo con que Colombia sea aliado de la OTAN y de ninguna organización que se aparte de la región latinoamericana, entre otras cosas, porque —según dijo— se estaría rompiendo la neutralidad en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
“Terminaríamos de alguna manera tomando partido en la guerra de Ucrania y Rusia, sin desconocer nuestro rechazo a cualquier invasión territorial. Estamos más del lado del sur global que está pidiendo una salida pacífica y política a la guerra entre Ucrania y Rusia”, agregó.
El fortalecimiento de la alianza con la OTAN aparece en el plan de Política de Seguridad, Defensa y Convivencia Ciudadana, del Ministerio de Defensa, que encabeza el actual ministro Iván Velásquez. De acuerdo con el documento, se buscaría afianzar la cooperación especialmente en materia de “cambio climático, ciberdefensa, derechos humanos y construcción de integridad”, en el marco del acuerdo de asociación con el bloque.
Para el ex ministro Rivera, los puntos que se pretenden reforzar son positivos y están alineados con la propuesta que ha hecho el gobierno de Petro. El “cambio climático, que está en el corazón del discurso de Petro. Pero también ciberdefensa, que es una preocupación transversal a todos los países”.
También mencionó la importancia de que la OTAN ayude a Colombia a fortalecer los derechos humanos en el ejercicio de la fuerza pública y también “la transparencia en la contratación, en las compras, en el manejo del personal y en otras áreas como el respeto por la mujer”.