A horas de que termine el título 42, en Matamoros cientos de migrantes están cruzando a nado o sobre improvisadas embarcaciones hacia Estados Unidos donde el aumento de vigilancia, cerca con púas y sobrevuelo de helicópteros logra impedir el paso de los indocumentados.
Con la desesperación en los rostros y la incertidumbre, migrantes retan la vigilancia oficial que en suelo México trata de establecer sin éxito el Instituto Nacional de Migración, así como las medidas agresivas del gobierno de Texas que incluyen el desplazamiento de 10 mil agentes y sobrevuelos de dos helicópteros Black Hawk sobre el Río Bravo.
“Ya nada más falta que le pongan electricidad al alambre pero no importa nos seguiremos pasando, es mejor eso que regresar a Venezuela a morirnos de hambre”, aseguró Justo Medina.
Los cruces masivos son protagonizados en su mayoría por mujeres y niños que se internan en las aguas profundas del Río Bravo con miras a llegar a Brownsville donde el gobernador de Texas, Gregg Abbot, ordenó también la instalación de alambre de púas para frenar la migración ilegal.
Será este 11 de mayo cuando expire el título 42, una vieja medida sanitaria que ordena la expulsión inmediata de migrantes desde los primeros meses del coronavirus, pero que a primera hora del jueves queda derogada.
A sabiendas de lo anterior los migrantes siguen cruzando y los que no lo hacen a nado desde el bordo de la avenida Tamaulipas en #Matamoros lo hacen sobre balsas, albercas o colchones inflables, llegando a contabilizarse hasta 13 en el ir y venir desde la orilla mexicana a la texana.
En los cruces internacionales hay nerviosismo de que los 3 mil migrantes avecinados en el campamento traten de irrumpir, es por eso que dos veces al día el Puente Nuevo de Matamoros se cierra para que agentes del CBP (Custom and Border Protección) realicen simulacros.