Ciudad de México. A casi cuatro años de distancia, Holy Yash continúa buscando justicia tras la agresión sexual que sufrió en 2019, por tres policías de investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y un militar, en el marco del operativo rastrillo.
La presentación de la denuncia derivó en agresiones y amenazas contra la menor de edad de 12 años, a lo cual se sumaron agresiones a su mamá; la tortura y muerte de su perrito, que a seis meses de distancia continúa en una cisterna, como parte de la investigación judicial; así como de un puerquito, y la desaparición de dos perros.
Su intención, aseguró, es que “retire las 30 denuncias que he interpuesto en el Estado de México y las cinco que tengo en la Ciudad de México, por los delitos de agresión sexual, amenazas y represión, lo cual no voy a hacer”.
Acompañada de un grupo de jóvenes, quienes realizaron pintas en las paredes aledañas a la entrada principal de la Fiscalía General de Justicia, exigiendo justicia, la menor señaló que “no la van a callar y continuaré en mi lucha hasta que quienes me agredieron estén en la cárcel”.
Comentó que, su casa fue quemada y la han amenazado de “quemarme a mi y echarme ácido en el rostro sino bajo las carpetas que interpuse, lo cual no voy a hacer y quiero que las iniciadas en el municipio de Chimalhuacán, sean atraídas por la Fiscalía capitalina”.
La más reciente agresión que sufrió, relató, fue este lunes, por parte de policías capitalinos que intentaron subirla a una patrulla junto con otras cuatro amigas, porque “se veían en actitud sospechosa por traer megáfonos”.
Hoy, dijo, “lo único que pido es que la Fiscalía atraiga las carpetas que inicié en el Estado de México, se actúen contra quienes me agredieron y acabaron con mi infancia, alcanzar justicia”.