La empresa tecnológica Google tiene como plazo esta semana para indemnizar económicamente al abogado mexicano Ulrich Richter Morales, quien desde hace ocho años emprendió una batalla legal para exigir la eliminación de un blog que “difunde información falsa sobre mi”, informó el denunciante.
Dicha sentencia referida a una solicitud de amparo fue emitida por el juzgado décimo en materia civil de la Ciudad de México, instancia que dio un plazo de cinco días, iniciados a partir del 27 de abril, para que se cumpla con el veredicto.
Google había solicitado la suspensión de un fallo que data de junio de 2022, emitida por la Octava Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de la capital mexicana, a fin de evitar la sanción económica.
Sin embargo, en los últimos días de abril, el magistrado presidente del Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, Gonzalo Arredondo Jiménez, informó a Google Inc. que dicho recurso, debía “ser requerido al tribunal de apelación, y no en ese órgano”.
Ambos fallos mencionados forman parte del expediente que ha obtenido a su favor el litigante mexicano para resarcir el daño que le fue causado y, en general de una secuencia de recursos determinados en diversas instancia en el juicio por daño moral.
Estas resoluciones se han generado en paralelo al juicio de amparo que tuvo que promover la empresa tecnológica ante los fallos adversos, y atraído por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Apenas en febrero, en la primera sala, Google Inc. no solicitó la suspensión de la ejecución que la condena al pago, y por ello este procedimiento ha seguido su curso para hacer cumplir la sentencia.
Paradójicamente, si Google toma el camino de solicitar la suspensión a dicha sentencia, tendría que dejar en garantía una cuantiosa suma tratándose de una de las principales empresas del mundo por su capacidad económica. En todo escenario lo que puede tratar es aminorar el daño.
Autor del libro Manual del poder ciudadano. Lo que México necesita, Ulrich Richter Morales creó un sitio personal con su nombre en Blogger, plataforma gratuita de Google donde difundía su trabajo.
En 2014, el jurista se enteró que había otro blog con una dirección muy parecida a la suya. Dicha página apócrifa se llama Ulrich Richter Morales y sus chingaderas a la patria.
“Mis hijas, que entonces eran menores de edad, me contaron que en la escuela les habían dicho que aparecía información falsa y desagradable sobre mí en internet, por lo que, incluso, tuvimos que ir a la escuela a explicar la situación”, dijo entonces el abogado.