Ciudad de México. Sin estar previsto, el presidente Andrés Manuel López Obrador reapareció ayer en su conferencia. Sonriente, dedicó algunos minutos para agradecer la solidaridad, bendiciones y cadenas de oración por su enfermedad, aunque de inmediato y casi sin tregua recorrió la agitada agenda nacional para criticar a ministros, científicos, organismos autónomos y un largo etcétera de actores con quienes tiene diferencias, con foco especial en aquellos que tejieron toda suerte de especulaciones sobre su salud.
Demasiada polémica acumulada durante su ausencia. Dispuso de 3 horas 21 minutos para desahogarse. Fue la segunda conferencia más larga del sexenio. Hizo una extensa primera exposición para repasar los hechos que le incomodaron en estos días: la politiquería
de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las objeciones de los científicos a la reforma en el sector y la desfachatez
de algunos medios de comunicación para conjeturar sobre él.
Se dio tiempo para, sin mediar pregunta, neutralizar críticas y defender la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) motivada por la necesidad de evitar duplicidades de funciones con el IMSS-Bienestar: no estamos para eso
, y de inmediato se refirió a la pesada herencia en ese sector enfocándose en la corrupción en el Seguro Popular.
Ojalá y se pueda demostrar que la esposa del que era secretario de Salud, de (Julio) Frenk, en ese tiempo que se creó el Seguro Popular vendían medicamentos y vendía un medicamento que luego Cofepris tuvo que prohibir, porque supuestamente era para bajar de peso, un diurético, dañino. Eso era el Seguro Popular.
Reprochó nuevamente la privatización de muchos rubros hasta dejarlo casi en un cascarón
, y que hasta las pruebas de laboratorio las hacían empresas privadas. Eran los tiempos en que Elba Esther Gordillo dominaba en la institución a través de Miguel Ángel Yunes, refirió.
Después del breve interinato del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en las conferencias, López Obrador regresó este viernes con total dominio de la escena. Con énfasis e irritado con el comportamiento de los medios de comunicación por la animadversión que le tienen, dijo, los llevó así nada más
a hablar de que sufrió un derrame cerebral, cuando se trató en realidad de un nuevo contagio de covid.
“¡Es increíble el grado de desfachatez, el cretinismo de estas gentes, lo que hizo Riva Palacio (en un diario): ‘Ofrezco disculpas, me fallaron mis fuentes’, y ya! Yo le digo a Televisa que no siga contratando a gente sin ética, sin moral. Que realmente informen, que no manipulen.”
No se detuvo ahí, lamentó la especulación mediática y añadió: Se disculpan, ¿no?, me daban por muerto, se disculpan, ¡ah!, pero, al final, la culpa la tienen Jesús (Ramírez Cuevas) y Adán, que no informaron bien. ¡Como si yo me estuviese chupando el dedo! ¿No? Como si no supiera que no son medios de información, sino de manipulación
.
La presentación del informe detallado de la venta del avión presidencial fue motivo para que López Obrador aprovechara para recordar también desatinos del pasado y revirar las críticas que se recibieron por la operación: Ya nuestros adversarios nos están culpando, ya dándole la vuelta, como si yo hubiese comprado el avión, como si yo lo hubiese usado, como si yo fuese el responsable de ese despropósito de comprar un avión de lujo, carísimo, para pequeños faraones
.
Ese fue el preámbulo para, también, dirigirse contra otros actores, como los ministros de la Corte con su decisión de reubicar a la Guardia Nacional (GN) de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Juzgó que utilizaron criterios políticos, más que jurídicos, y apenas resuelto ese expediente solicitaron el apoyo de ese cuerpo de vigilancia para proteger sus instalaciones, acusó.
¿Por qué piden la Guardia Nacional? Primero, porque ya existe. Segundo, porque saben que son elementos preparados, profesionales. Tercero, porque son suficientes, son 130 mil. Y, cuarto, porque fueron formados en las escuelas de la Sedena
, señaló.
No perdió oportunidad para recriminarles que negaran la posibilidad de mantener la GN en la Sedena, donde hubiera estado arropada por el Ejército
. Esto no se quedará así, atajó, habrá una iniciativa de reforma constitucional para conseguir su estancia en las fuerzas armadas.
López Obrador se tomó un espacio para referirse a los inconformes con la reforma al Conacyt
. Les espetó que se terminó la era de usar el dinero para construir elefantes blancos, ciudades de la ciencia; construcciones lujosísimas, que ahí están sin uso, son como cuerpos sin alma
.
Fluido en sus intervenciones, olvidó en las más de tres horas la sugerencia de sus médicos de guardar reposo. Empeñado en responder a sus críticos y adversarios, el tiempo no pareció ser factor. Y como no es infrecuente, acudió a su paisano para, mordaz, recordar su corrupción y sus excesos en el pasado.
¿Por qué no te pones a Chico Che?
El finado apareció en pantalla con su éxito ¿Quién pompó?