Ciudad de México. Con música en vivo, canciones y mucho humor se escenifica Las terribles desventuras del Dr. Panza, farsa gastronómica que busca divertir a las familias, pero también invita a reflexionar sobre los temas del sobrepeso infantil, la discapacidad, la discriminación y el bullying.
La obra escrita por Ángel Luna y dirigida por Roam León (integrante de la Orquesta Lavadero), se presenta en el Teatro Varsovia como parte de las actividades para celebrar a las infancias y la infancia que llevamos dentro.
La compañía Jengibre Teatro de manera directa aborda las problemáticas que se encuentran presentes en las familias mexicanas y que afectan a las infancias. “Dr. Panza representa esta cuestión social que los invita a resolverlo todo comiendo, que no es la mejor solución, pero es evidente tanto para los chicos como para los grandes, que no sólo es la alimentación, si no que hay otros factores detrás que están provocándolo”, dijo Ángel Luna.
El autor en la puesta en escena recurre a la comedia y la vuelve hilarante y a veces violenta porque confronta. El público se divertirá de principio a fin, además de que destacan importantes mensajes en la obra, entre ellos el aceptarse y amarse a uno mismo, el respeto, la igualdad, el poder comunicarse libremente y saber decir que no a algo que puede causarle daño.
Las terribles desventuras del Dr. Panza se vuelve el espejo de muchos padres de familia que a carcajadas van descubriendo lo que hay detrás de la sobreprotección y la sociedad que se le deja a las nuevas generaciones.
Luna sostiene: “nos llama la atención ver los problemas con la alimentación, las enfermedades y las consecuencias que resultan a partir de eso. Se hace conciencia sobre el bullying, que representa socialmente todo el asunto de la gordofobia, las agresiones que en lugar de ayudar perjudican y aumenta lo que emocionalmente viene cargando la persona con sobrepeso. Uno no puede estar juzgando, hay que despertar la empatía”.
En escena aparecen cinco actores- músicos que darán vida a los diferentes personajes que van apareciendo a lo largo de la historia. Cuando la música en vivo llena de energía el teatro, los pequeños asistentes se levantan de sus asientos para bailar todas las canciones que los mismos actores van interpretando durante la puesta, logrando que la audiencia se vuelva parte fundamental de esta aventura.
Se trata de un espectáculo multidisciplinario donde los villanos son tan malos como el colesterol en la sangre. El Dr. Panza junto a sus achichincles, Chicharrón y Mueganito, se encargarán de que niñas, niños, padres y madres, coman y coman hasta reventar.
La misión se complica más cuando se enfrentan a Julito, un niño que nace sin su mano y sufre la violencia verbal de sus compañeros, entre ellos se encuentra Jairo, quien ante la ausencia de su padre, decide llenar ese hueco emocional con malos hábitos alimenticios que se traduce en sobrepeso y después en motivo de burla.
En la trama, la corte Venenito amenaza a Panza con perder su doctorado si no traen a más niños gordos y padres obesos. El doctor en complicidad con sus esponjosos ayudantes buscan las más tentadoras propuestas para albergar por siempre a sus víctimas en Villa Pozole, Villa Jamón y Villa Pastelillo relleno, así que ¡Cuidado! ¡cierren la boca y abran los ojos!
Sobre el éxito de la obra, su autor comparte:“La emoción que sentimos al ver al público divertido y entusiasta es increíble; las risas, los comentarios que recibimos, en la mayoría de las veces que se interactúa no se contienen las ganas de decirle algo a los personajes. Es muy gozoso la relación con ellos cuando participan y se vuelven parte de la función”.
Para Ángel Luna es gratificante que ha generado conciencia en el público al abrir la discusión en torno a la comida saludable y las consecuencias que tiene el sobrepeso.
Las terribles desventuras del Dr. Panza, producción teatral realizada con el estímulo fiscal de EFIARTES, se presenta este domingo 30 de abril a las 13 horas, en el Teatro Varsovia, ubicado en Varsovia 9, col. Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc.
