Nairobi. La cifra de muertos en la investigación sobre una secta en Kenia aumentó el miércoles a 95, luego de que el gobierno anunció un toque de queda desde el anochecer hasta el amanecer en el rancho propiedad de un pastor acusado de ordenar a sus seguidores ayunar hasta la muerte.
El miércoles se prohibió a periodistas y activistas de derechos humanos el acceso al rancho de 320 hectáreas (800 acres), que ha sido una zona declarada como ”área perturbada y zona de operaciones”.
El pastor Paul Makenzi, detenido por ordenar presuntamente a sus seguidores que ayunaran hasta morir para encontrarse con Jesús, permanecerá bajo custodia policial al menos hasta el 2 de mayo. Es el líder de la Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas.
La policía señaló que detuvo a 22 personas durante la operación de búsqueda y rescate del miércoles. Las autoridades han rescatado a 34 personas de la propiedad, que está cerca de la ciudad de Malindi, desde que la policía hizo una redada en el rancho a principios de este mes.
La Sociedad de la Cruz Roja de Kenia dijo que la cifra actualizada de personas desaparecidas es de 314. El movimiento estará restringido en el rancho durante 30 días.
“También se han declarado y publicado órdenes de toque de queda en dicha zona desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana durante 30 días”, declaró el ministro del Interior, Kithure Kindiki.
Los activistas de derechos humanos han cuestionado la medida de prohibirles el acceso al rancho donde la policía ha estado llevando a cabo operaciones de búsqueda y rescate junto con exhumaciones.
“Nosotros somos los que hemos destapado este caso. ¿Por qué se nos excluye ahora?”, declaró el activista Victor Kaudo.
No está claro por qué el número de cadáveres exhumados el miércoles es el menor desde que se inició la operación el viernes.
El miércoles, el director de la fiscalía, Noordin Haji, ordenó a los investigadores que identificaran los bienes de los sospechosos para su conservación, confiscación y decomiso conforme a la ley.
Continúa el hallazgo de cadáveres de seguidores de un culto keniano que les hizo creer que irían al cielo si se mataban de hambre. Vía Graphic News