Washington. La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este miércoles por un estrecho margen un proyecto de ley para aumentar el techo de deuda de 31.4 billones de dólares de la mayor economía mundial, desafiando al presidente demócrata Joe Biden al incluir radicales recortes de gastos para la próxima década.
La votación de 217-215 marcó una victoria para el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, quien espera atraer a Biden a las negociaciones sobre el recorte del gasto, incluso cuando la Casa Blanca y los demócratas del Congreso insisten en un aumento del límite de la deuda sin condiciones.
McCarthy busca orillar a Biden a una cura de austeridad. Su plan prevé un recorte de 4.5 billones de dólares de los gastos estimados sobre un plazo de 10 años, con excepción de los gastos militares, a cambio de un aumento de la capacidad de endeudamiento de 1.5 billones de dólares o hasta el 31 de marzo, lo que suceda primero, lo que plantea el espectro de otra ronda de negociaciones durante la campaña presidencial de 2024.
Los recortes de los republicanos castigan el gasto social
El proyecto de ley reduciría el gasto a los niveles de 2022 y luego limitaría el crecimiento a uno por ciento anual, derogaría algunos incentivos fiscales para la energía renovable y endurecería los requisitos laborales para algunos programas contra la pobreza.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que Biden no aprobaría tales recortes. “El presidente Biden nunca obligará a la clase media y a las familias trabajadoras a soportar la carga de los recortes de impuestos para los más ricos, como lo hace este proyecto de ley”, dijo en un comunicado. “El presidente ha dejado en claro que este proyecto no tiene posibilidades de convertirse en ley”, agregó.
El aumento del límite de endeudamiento de Estados Unidos por parte del Congreso “no es negociable”, afirmó el presidente Joe Biden.
Aunque el proyecto de ley no tiene chance alguna de ser aprobado en el Senado, donde el oficialismo demócrata es mayoría, se trata de una nueva escalada en un tira y afloja seguido de cerca por el mundo de las finanzas, donde un inédito incumplimiento de pago de Estados Unidos tendría consecuencias de dimensiones difíciles de prever.
Se estrecha el margen de operación para el gobierno
En enero, Estados Unidos alcanzó su límite de endeudamiento de 31.4 billones de dólares, lo que llevó al Tesoro a tomar medidas.
Estados Unidos corre el riesgo de incumplir sus obligaciones de deuda desde julio si el Legislativo no resuelve elevar el límite de endeudamiento federal, señaló a mediados de febrero la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
Un punto muerto en 2011 condujo a una rebaja de la calificación crediticia del gobierno, lo que elevó los costos de financiamiento y perjudicó las inversiones.
Un default provocaría “una catástrofe económica y financiera”, advirtió el martes la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
En Estados Unidos, el Congreso debe aumentar periódicamente el tope autorizado de endeudamiento del país, para no dejar a la mayor economía mundial en incumplimiento.
Desde la Presidencia de Barack Obama, este procedimiento que antes era una formalidad suele convertirse en una pulseada política a instancias de los republicanos, aunque siempre se alcanza un acuerdo.
Desde los años 1960, el Congreso ha votado casi 80 veces este tipo de medidas para aumentar la capacidad de endeudamiento del país. Durante el gobierno de Donald Trump se aumentó en tres ocasiones y sin condiciones el aumento del tope de la deuda.
BlackRock suma bonos del Tesoro EU
BlackRock, el mayor fondo de inversiones, ha estado comprando bonos del Tesoro de Estados Unidos en previsión de una desaceleración económica y a una batalla prolongada entre el gobierno y el Congreso en torno al límite de deuda, dijo el miércoles el director de inversiones de renta fija global de la firma, Rick Rieder.
Un incumplimiento de la deuda de Estados Unidos, aunque se considera poco probable, haría que los mercados financieros cayeran en picada, ya que los inversores perderían la confianza en la capacidad del gobierno para pagar sus bonos, que sirven como elementos básicos para el sistema financiero mundial.
Sin embargo, paradójicamente, en crisis previas del techo de la deuda, los inversionistas han buscado protección contra los riesgos económicos de un incumplimiento acumulando papeles del Tesoro de Estados Unidos a largo plazo.
