Jartum. Explosiones y disparos seguían sacudiendo este jueves Jartum, la capital de Sudán, pese a los incesantes llamamientos de la comunidad internacional a un alto el fuego entre los dos generales que se disputan el poder.
Miles de personas huían de la capital, de cinco millones de habitantes, para escapar de los bombardeos, disparos y enfrentamientos, que desde el sábado sacuden Jartum, la región occidental de Darfur y otros puntos del país.
"En algunos barrios del centro huele a muerte y a cadáveres", dijo un habitante de la capital, mientras se dirigía a una zona más tranquila.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio parte en un nuevo balance de "cerca de 330 muertos y 3 mil 200 heridos".
"A las cuatro y media de la mañana nos despertó el ruido de los ataques aéreos. Cerramos todas las puertas y las ventanas, por miedo a que entrara alguna bala perdida", dijo a AFP otro habitante de Jartum, Nazek Abdalá, de 38 años.
Muchos habitantes no tuvieron más remedio que huir a pie debido a que el precio de la gasolina se disparó: un litro de combustible cuesta ahora 10 dólares, en uno de los países más pobres del mundo.
Para salir de Jartum debían someterse a cacheos y preguntas de los hombres apostados en los puestos de control de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), los paramilitares del general Mohamed Hamdan Dalgo, también conocido como Hemedti, y del ejército del general Abdel Fatah al Burhan, líder de facto de Sudán tras el golpe perpetrado por ambos generales en 2021.
Además, debían abrirse paso entre los cadáveres que yacen al borde de las calles, los tanques y camionetas calcinados y evitar las zonas más peligrosas de la ciudad, de donde se elevaban espesas columnas de humo negro.
Treguas incumplidas
Desde que la lucha por el poder, que llevaba semanas latente entre los dos generales, degeneró el sábado en batalla abierta, la confusión es total para los 45 millones de sudaneses. Ambos bandos siguen prometiendo treguas que nunca respetan.
En las calles sembradas de escombros, es imposible saber quién controla las principales instituciones del país.
La aviación regular, que tiene como objetivo las bases y posiciones de la FAR diseminadas por zonas pobladas de Jartum, no duda en lanzar bombas, a veces sobre hospitales, según médicos.
En cinco días, "el 70% de los 74 hospitales de Jartum y de las zonas afectadas por los combates han quedado fuera de servicio", según un sindicato de médicos.
Varias organizaciones humanitarias tuvieron que suspender su ayuda, crucial en un país donde más de una de cada tres personas pasa hambre en tiempos normales.
Los civiles que permanecen en sus casas están cada vez más desesperados ante la escasez de alimentos, los apagones y la falta de agua potable.
La ONU, la Unión Africana, la Liga Árabe y otras organizaciones regionales tienen previsto reunirse nuevamente este jueves para pedir un alto el fuego.
En medio de este caos, el ejército sudanés indicó que 177 soldados egipcios capturados por los paramilitares en la ciudad de Meroe (norte) fueron evacuados el miércoles a Egipto, que confirmó su llegada.
Otros 27 soldados egipcios capturados fueron entregados a la Cruz Roja Sudanesa, que a su vez los llevó a la embajada egipcia el jueves. Emiratos Árabes Unidos dijo haber "liderado" la mediación para la liberación de estos militares.
Violencia sexual y saqueos
Tres empleados Programa Mundial de Alimentos (PMA), de la ONU, murieron en Darfur. Naciones Unidas denunció además "saqueos" de sus reservas y "ataques" contra su personal, incluyendo sexual.
El estallido de violencia del sábado fue la culminación de las profundas divisiones entre el ejército y las FAR, creadas en 2013 por el depuesto líder autocrático Omar al Bashir.
Burhan y Daglo derrocaron juntos a Bashir en abril de 2019 tras las multitudinarias protestas populares contra sus tres décadas de gobierno.
En octubre de 2021, los dos hombres encabezaron un golpe contra el gobierno civil instalado tras la salida de Bashir y pusieron fin a una transición apoyada por la comunidad internacional.
Burhan, un militar de carrera del norte de Sudán, ha dicho que el golpe era "necesario" para incluir a otras facciones en la política.
Pero para Daglo, el golpe fue un "error" que no logró generar cambio y más bien reforzó a los que quedaron del régimen de Bashir.
Los enfrentamientos intensos entre el ejército de Sudán y el poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) han reclamado al menos 296 vidas y causado lesiones a tres mil personas desde el sábado 15 de abril. Vía Graphic News