Los amigos y compañeros del doctor Pablo González Casanova acudieron este martes a partir de las 9:30 PM a su velación, para darle un último adiós y destacar su recuerdo como un “hombre consecuente”, así como un generador de ideas en constante evolución, y un símbolo del compromiso de cambio en México y toda América Latina.
A la Sala 10 de los Velatorios del ISSSTE, ubicados en la Alcaldía Tlalpan, comenzaron a acudir diversos investigadores, académicos y funcionarios, entre ellos el embajador de la República de Cuba en México, Marcos Rodríguez Costa.
“No tuve oportunidad de conocerlo personalmente, porque apenas llevo apenas un año en el país, pero el recuerdo que todo Cuba guarda de Pablo es una cosa indeleble, primero por su compromiso con la Revolución Cubana desde el mismo año 1959”, año del triunfo de ese movimiento rebelde.
El diplomático recordó que “en el año 1960, Pablo se apareció en La Habana en un barco para apoyar a la Revolución Cubana, y a partir de ahí, su unidad y su lucha con ella ha sido permanente.
“Fue un gran amigo del comandante en jefe, Fidel Castro, y recibió grandes reconocimientos, como el Premio Internacional José Martí, de la Unesco, recibido por sus estudios de Martí, pero también la Orden Félix Varela, la Orden José Martí, que es la más alta distinción que otorga Cuba”, enfatizó.
Rodríguez Costa puso de relieve que “estuvieron siempre presentes su obra y su trabajo, y más recientemente su trabajo en la Red en Defensa de la Humanidad, junto con un grupo grande de intelectuales amigos no sólo de la Revolución Cubana, sino de la integración latinoamericana, y de lo que significó para América Latina en este momento que estamos viviendo.
“Pablo se nos va, pero nos deja una estela de cariño, de compromiso revolucionario con toda América Latina, y será eternamente recordado”, manifestó.
“Un hombre de muchos puentes”
Por su parte, Carlos Fazio, analista político y colaborador de esta casa editorial, destacó que González Casanova fue “uno de los precursores del pensamiento crítico latinoamericano de los últimos 60 años. Su primera obra, La democracia en México, hizo avances permanentes y aportó a la sociología con categorías de análisis como el colonialismo interno, entre otras cosas”.
El articulista de La Jornada puntualizó que, “en su edad madura, se adhirió al zapatismo. Él, que no venía del Partido Comunista, de la lucha armada, adhiere a un movimiento campesino indígena, reflexiona sobre ese tema y crea conocimiento nuevo, y arriesga e introduce nuevos saberes a partir de una práctica concreta con el pueblo pobre, indígena, campesino y zapatista”.
Fazio recalcó que González Casanova “siguió creando toda su vida y fue un hombre de muchos puentes”, como lo demuestra “la solidaridad de 60 años con la Revolución Cubana en los peores momentos, en el ‘Periodo Especial’, pero también en momentos críticos; él pintó la raya con (el escritor José) Saramago, por ejemplo y estuvo con Cuba hasta el final”.
El ex rector de la UNAM “fue un hombre consecuente hasta el final, generador de categorías e ideas. Aportó a varias generaciones con su pensamiento y su obra hay que seguir analizándola y profundizándola. Además, en el trato personal, fue una persona muy cálida, muy afable, que sabía escuchar. En las reuniones que teníamos en el grupo Paz con Democracia, él siempre tenía una idea diferente que aportaba, siempre estaba más allá de lo que estaba pensando el resto”.
Para Fazio, además de la fecundidad de la obra del sociólogo e historiador, González Casanova “siempre estuvo renovándose y rompiendo barreras, hasta en su forma de vestir: entrar a la UNAM con su cachucha, su paliacate, su camiseta negra debajo de la camisa. Para muchos intelectuales y académicos, era romper esas normas”.
Compromiso con los pueblos indígenas
Juan Enrique Bobadilla Macario, concejal purépecha del Concejo Indígena de Gobierno e integrante del Congreso Nacional Indígena, destacó que González Casanova “estuvo desde el 94 (fecha del alzamiento zapatista) acompañándonos. Siempre ha estado con los pueblos y digo ha estado porque para nosotros, no ha muerto. Su legado se mantiene”.
Tras rememorar que el ex rector universitario --nombrado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional como el “Comandante Pablo Contreras”—siempre acompañó la lucha de esta organización rebelde, manifestó que la longevidad del investigador y lo amplio de su obra académica son una invitación a seguir adelante.
“En lo personal me llena de ganas de seguir con ese ejemplo, porque todavía hace unos 4 años llegó a ir, estuvo allá (en Chiapas), y con esa fuerza, y esa energía, pues ¡hay que darle! Para nosotros no ha muerto, él sigue ahí; ahora ya no lo tenemos físicamente, pero su legado ahí sigue. Todo lo que escribió, lo que dijo, lo que accionó. Por eso llegó a ser comandante, por todas esas acciones, y ahí va a seguir para nosotros”.
Bobadilla recalcó que González Casanova dejó enseñanzas tan grandes como otras figuras clave del movimiento zapatista, entre ellas “la Comandanta Ramona, el Subcomandante Pedro y el compañero Galeano. Todo lo que ellos hicieron ahí está, y es parte de la lucha colectiva por la liberación de los pueblos”.
Al velatorio también acudieron representantes de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México, quienes realizaron una guardia de honor al lado del féretro del ex rector de la UNAM, además de gritar consignas y vivas hacia el EZLN, el movimiento indígena del país y el “Comandante Pablo Contreras”.
El velorio continuará este miércoles desde las 9 AM, y el jueves a las 10 AM los restos de González Casanova serán incinerados.
Al velatorio también acudieron representantes de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México, quienes realizaron una guardia de honor al lado del féretro del ex rector de la @UNAM_MX / Video: @lhan55 https://t.co/3Y4m6bWbdH pic.twitter.com/H9xsBh9G6e
— La Jornada (@lajornadaonline) April 19, 2023
