San José. Luis Ojeda no olvida la "atrocidad" vista durante las protestas de 2018 contra el gobierno de Daniel Ortega, que dejaron cientos de muertes. Como él, decenas de nicaragüenses exiliados se reunieron en San José este miércoles para honrar a los fallecidos cinco años después.
Centenares de opositores fueron detenidos en Nicaragua en el contexto de la represión que siguió a las protestas de 2018 contra Ortega, en el poder desde 2007 y reelegido sucesivamente en comicios cuestionados. Las protestas fueron violentamente reprimidas con un saldo de más de 350 muertos, según la ONU.
"Esto para nosotros es algo que reivindica nuestra lucha (...), que nos hace tener memoria de aquello que sucedió en el 2018, de aquello que ha sido una atrocidad para todos los nicaragüenses", afirmó a la AFP Ojeda, de 28 años, exiliado desde hace cinco años en Costa Rica.
Congregados en el centro de la capital costarricense con banderas de Nicaragua y las fotos de sus seres queridos muertos durante el levantamiento social contra Ortega, los manifestantes recordaron los nombres y las fechas de sus muertes.
"Sigo firme y le digo a dictadura y a todos los secuaces que siguen en el poder (que) no descansaré hasta no ver una Nicaragua libre", aseguró a la AFP Nineth Calero, de 37 años.
Es su "sueño" y el de "todos los nicaragüenses que nos levantamos para el 2018", confesó entre lágrimas, al tiempo que lamentó que todavía perdure la crisis social, política y económica en Nicaragua
"Queremos ver a una Nicaragua limpia, sana y sin más dictadura".
"Nuevos patrones"
El gobierno de Ortega, que afirma que las protestas de 2018 eran parte de un fallido golpe de Estado promovido por Washington, convocó para el miércoles a una marcha en Managua para conmemorar el llamado Día de la Paz, por el aniversario de las protestas.
Amnistía Internacional denunció el martes que Nicaragua está empleando "nuevos patrones" de violaciones de los derechos humanos, en el quinto aniversario del inicio de las protestas antigubernamentales.
La organización humanitaria expresó que el gobierno de Ortega y Murillo recurre al uso excesivo de la fuerza, leyes penales, ataques contra la sociedad civil y al exilio forzado con el fin de silenciar a sus críticos.
"Al día de hoy, Nicaragua es una cárcel para todos los nicaragüenses. En Nicaragua no se puede protestar, no se puede levantar la voz y decir 'viva Nicaragua libre' sin ser expatriado o sin ser detenido, enjuiciado por levantar la voz en contra de la tiranía", señaló a la AFP Elvin Peralta, de 36 años, exiliado y activista por los derechos humanos.
Los arrestos de opositores continuaron en los años siguientes. El pasado 9 de febrero, Managua liberó a 222 presos políticos, a quienes expulsó del país, confiscó sus bienes y los privó de la nacionalidad.
Días después fueron privados de la nacionalidad otros 94 opositores exiliados, entre ellos los escritores Gioconda Belli y Sergio Ramírez, quien fue vicepresidente de Ortega en la década de 1980.