Georgetown. Los mandatarios de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) llegaron hoy a un acuerdo en torno a un plan para prohibir las armas de asalto, la mayoría de las cuales son fabricadas en Estados Unidos, con el fin de frenar el aumento en la violencia y el contrabando de armas en el bloque de 15 naciones.
La decisión se tomó al término de una cumbre de dos días sobre delincuencia celebrada en Trinidad y Tobago. Las prohibiciones requerirían una combinación de trabajo legislativo y cambios en la normativa sobre licencias.
Los dirigentes caribeños habían convocado a una mesa redonda para debatir el tema en medio de las quejas de varios gobiernos sobre el aumento de la violencia de las pandillas, impulsada por la disponibilidad de armas de alta potencia de tipo militar, que se trafican principalmente desde Estados Unidos.
Jamaica, Trinidad y Tobago, Bahamas, Santa Lucía y Barbados se han quejado del aumento de los asesinatos con armas de fuego en los últimos años.
“Los dirigentes de la Caricom han acordado el día de hoy tomar una decisión para prohibir el uso y la presencia de armas de asalto entre la población civil de nuestras naciones”, declaró a la prensa el primer ministro anfitrión, Keith Rowley, al término de la cumbre, a la que asistieron la mayoría de los jefes de gobierno.
La medida se adoptó apenas pocas semanas después de que varias de las naciones integrantes anunciaron sus planes de sumarse a México para demandar a los fabricantes de armas estadunidenses por el contrabando de armas hacia sus países.
El primer ministro de Bahamas y presidente de la Caricom, Phillip Davis, precisó en la cumbre que el origen de 98.6 por ciento de las armas de fuego ilegales recuperadas en su país podía rastrearse hasta Estados Unidos, mientras que en Haití la cifra es de 87.7 por ciento y en Jamaica de 67 por ciento.
“Jamaica tuvo una alarmante tasa de homicidios de 52.9 por cada 100 mil habitantes”, dijo, en comparación con el promedio mundial de alrededor de 7.5 por cada 100 mil.
Sin embargo, Davis no disponía de cifras sobre qué porcentaje de las armas incautadas eran de asalto, y no armas cortas o de otro tipo que no se verían afectadas por la prohibición propuesta esta semana.
Rowley dijo que los países del Caribe necesitarían leyes para sustentar la prohibición, y pidió a los partidos de oposición en toda la región que apoyen cualquier acción parlamentaria de sus gobiernos.
Señaló que los mandatarios caribeños han pedido al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, un diálogo en cuanto al tema de las armas.