Ottawa. Un tercio de los funcionarios públicos canadienses comenzó una huelga este miércoles en reclamo de aumentos salariales y más teletrabajo, en uno de los movimientos sociales más importantes de las últimas décadas en el país.
Luego de meses de negociaciones con el gobierno del primer ministro Justin Trudeau, la Alianza de la Función Pública de Canadá (AFPC, por sus siglas en francés), anunció que no lograron un acuerdo y lanzó la huelga con 150 puntos de concentración de trabajadores en todo el país.
"No es secreto para nadie que la vida cuesta cara" y "la función pública es parte de la riqueza colectiva" por lo que "no hay que dejar que se degrade", declaró a la Afp Pierre G., de 32 años, funcionario en Montreal que no quiso dar su nombre completo.
"Queremos el teletrabajo y un aumento salarial", agregó de su lado su colega Farah. "Adaptamos prácticamente toda nuestra vida al teletrabajo. No queremos ya desperdiciar dos horas en transporte", añadió la mujer que portaba una calcomanía con el mensaje "Alerta, en huelga" sobre su abrigo.
La protesta afecta principalmente a los servicios de entrega de pasaportes, migración e impuestos, pero también a una parte de los inspectores de cereales en los puertos.
Golpe inflacionario
"Esperábamos no vernos obligados a recurrir a la huelga, pero agotamos todos los mecanismos para alcanzar un contrato equitativo", argumentó el presidente de la AFPC, Chris Aylward.
"Seguiremos en huelga hasta que el gobierno aborde nuestros principales problemas en la mesa de negociaciones", añadió, señalando que se trata de una "huelga histórica".
El último antecedente de un movimiento de esta amplitud en el país data de 1991.
La AFPC reclama un aumento de salario de 13.5 por ciento en tres años para paliar la inflación. El gobierno propone 9 por ciento.
La inflación alcanzó 8.1 por ciento el año pasado en Canadá, pero se ubica hoy a medio camino de ese registro.
El sindicato pide en particular mayor flexibilidad para el teletrabajo. Los funcionarios, la mayoría de los cuales trabajan a distancia a tiempo completo desde la pandemia, no quieren que les impongan dos o tres días de labores semanales en la oficina.
"Es importante que los sindicatos vuelvan a la mesa de negociaciones", dijo Trudeau este miércoles. Al tiempo que reiteró su respaldo al derecho a huelga, el primer ministro sostuvo que "los canadienses perderán la paciencia si el proceso se eterniza".
Para Crystal Warner, una de las huelguistas, lo que propone el Ejecutivo es "chocante" porque "no sigue a la inflación". Dado que el gobierno federal es el mayor empleador del país, "nuestro combate es el de todos los trabajadores de Canadá", añadió.