El consumo de metanfetamina ha crecido en el país y desde hace años es un problema de salud pública a causa de que es altamente adictiva, señaló el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.
Al participar en el informe sobre seguridad que cada 15 días se presenta en la mañanera el presidente Andrés Manuel López Obrador, el subsecretario dio a conocer los riesgos del consumo de este tipo de droga, la cual ha rebasado al alcohol como primer lugar en el consumo, sobre todo entre la juventud.
En años recientes, detalló el funcionario, la metanfetamina ocupa el primer sitio como la droga de impacto más usada en México. Destacó que casi la mitad de quienes la consumen en el pais, 46 por ciento, iniciaron su ingesta cuando tenían entre 18 y 25 años de edad. “Es un problema donde hay grave vulnerabilidad en la juventud y la adultez temprana”.
López-Gatell señaló que los consumidores de este tipo de droga, conocida entre los círculos que la utilizan como azul o meta, iniciaron su uso con algunos productos legales como el tabaco y el alcohol, e inclusive la mariguana. “Son antecedente importante de quienes consumen metanfetamina ants de los 21 años”.
La metanfetamina, dijo, es un estimulante sintético del sistema nervioso, derivado químico de las anfetaminas, que en su momento fueron usadas para problemas de salud como pérdida de peso. Aunque aún se sigue usando para la atención del trastorno de hiperactividad y déficit de atención, este tratamiento es poco común, explicó el subsecretario.
En la calle, en los lugares de consumo, tráfico y narcomenudeo, se le conoce como cristal, grifo, azul, hielo, anfeta, meta, ice, speed.
El uso comenzó en el noroeste de México, particularmente en Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit y Durango, pero de 2013 a 2021 se extendió a prácticamente todo el país.
Los efectos se dan a corto y largo plazo. Entre los primeros están la disminución del apetito, pérdida del sueño, acelera la respiración y la frecuencia cardiaca, causa euforia, estimula la sensación de falso bienestar o inducido por el producto, afecta la memoria, dificulta la regulación de temperatura corporal y puede haber riesgo de un golpe de calor; a largo plazo hay pérdida de peso, fatiga, problemas mentales graves, ansiedad, depresión, psicosis, complicacioness cardiacas, aumento de violencia y puede llevar a muerte.