Abu Dabi. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó este sábado a Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), procedente de China, donde buscó reforzar los lazos diplomáticos y económicos con la potencia asiática, cada vez más confrontada con Estados Unidos.
El mandatario brasileño fue recibido en el aeropuerto de Abu Dabi por el ministro emiratí de Energía e Infraestructuras. Por la noche se reunirá con el jeque Mohammed ben Zayed, presidente de este país de la Península Arábiga rico en hidrocarburos.
Durante la visita, última etapa de su gira, se discutirán "temas de la agenda bilateral, entre ellos comercio, inversiones, transición energética, cambio climático y seguridad global", indicó un comunicado de la cancillería brasileña.
"Desde 2008, los EAU están entre los tres principales socios de Brasil en Oriente Medio" y en 2022 "fue el principal destino de las exportaciones brasileñas entre los países árabes", agregó.
El comercio bilateral entre Emiratos y Brasil ascendió en 2022 a 5.768 millones de dólares, en alza de 74,5% respecto al año precedente, con un superávit de 740 millones a favor de Brasil, según datos oficiales brasileños.
De los 3.254 millones de dólares facturados, el principal producto de exportación del país sudamericano fue la carne de pollo (29% del total), seguida del azúcar (14%), el oro (14%), la celulosa (8,2%) y la carne bovina (8%).
Por el lado de las importaciones, el 89% del valor total correspondió a la compra de petróleo y materiales bituminosos, derivados de los hidrocarburos.
Críticas a EU por Ucrania
En Pekín, el líder de la izquierda latinoamericana anunció que Brasil está "de regreso" en la escena internacional, después de los cuatro años de relativo repliegue que caracterizó el mandato de su predecesor ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).
El presidente de Brasil, que aspira a formar parte de una mediación de paz entre Rusia y Ucrania, instó a Estados Unidos a dejar de "incentivar la guerra".
A diferencia de las potencias occidentales, ni China ni Brasil han impuesto sanciones contra Rusia y tratan de posicionarse como mediadores para poner fin al conflicto que se desencadenó en febrero de 2022 cuando Rusia invadió la exrepública soviética.
Emiratos Árabes Unidos, que también adoptó una posición de neutralidad en ese conflicto, acogió a un importante número de empresarios rusos, sobre todo en Dubái, que buscan esquivar las sanciones occidentales.
Antes de emprender esta gira, Lula afirmó que se proponía formar un grupo de países para trabajar en una salida negociada al conflicto. A su regreso de China, ese grupo estará "creado", prometió.
Pero el proyecto no parece por el momento haber generado demasiado entusiasmo.
"Es preciso tener paciencia" para conversar con el presidente ruso Vladimir Putin, y su par ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo Lula.
"Pero sobre todo es preciso convencer a los países que están proveyendo armas, incentivando la guerra", para que cesen de hacerlo, agregó.
Ningún "rasguño" con EU
El líder izquierdista brasileño ha emprendido un delicado ejercicio de equilibrio geopolítico entre Estados Unidos y China, dos potencias confrontadas por un número creciente de expedientes, entre ellos el de las tensiones entre Pekín y la isla de Taiwán.
En febrero, Lula fue recibido en la Casa Blanca por Joe Biden y ambos se presentaron como adalides de los valores democráticos y defensores del medioambiente.
El sábado, antes de partir de China, Lula se mostró confiado en que este fortalecimiento de las relaciones entre Brasilia y Pekín no causará ningún "rasguño" con Estados Unidos.
"No necesitamos romper y pelearnos con nadie para mejorar. Brasil tiene que buscar sus intereses. Brasil tiene que buscar lo que necesita y Brasil tiene que hacer acuerdos posibles con todos los países", defendió.
Xi, por su parte, le aseguró a Lula que el desarrollo de la economía china "abrirá nuevas oportunidades para Brasil y los países de todo el mundo", según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
"En su tercer mandato, Lula parece mantener un enfoque de las relaciones internacionales similar al de sus dos primeros mandatos [2003-2010]", con una "política externa independiente y pragmática", afirmó Lian Lin, analista de la consultora Economist Intelligence Unit (EIU).
Pero el desafío será arduo, en "un entorno político (...) mucho más polarizado, que pondrá bajo escrutinio cada una de sus iniciativas", agregó.
"Pensamos que la habilidad política de Lula le permitirá navegar con éxito en esas aguas agitadas, pero no será fácil", concluyó.