Dirigido por Christian Cueva hoy se estrena en las salas cinematográficas el documental Jirón, sobre la historia oculta del largometraje Jirón de niebla, última película de Carlos Enrique Taboada, que una vez terminada desapareció y que el tiempo dejó en el olvido. Con Jirón, Cueva despeja algunas incógnitas acerca de qué fue lo que realmente pasó con esta obra del emblemático director de cine de terror más importante de México.
Un día, el director Christian Cueva se enteró de que un grupo de cineastas tenía la intención de filmar una película basándose en un guion del realizador Carlos Enrique Taboada. A mí eso me emocionó mucho porque como fanático de Taboada y del cine de terror era estimulante poder ver finalmente esta película que él nunca había podido hacer
, recordó en entrevista.
En su euforia, Christian llamó a su amigo Pablo Guisa, director del Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror Mórbido, sólo para enterarse de que Taboada sí había filmado esa película, que su nombre era Jirón de niebla, pero estaba perdida y nunca nadie la había visto. Por entonces Cueva se encontraba incursionando en el periodismo, y esto hizo que la noticia despertara su interés por indagar al respecto.
Investigar el paradero de la obra perdida
“Ese día tuve dos grandes sorpresas y dos grandes descubrimientos. Esto que me dijo Pablo hizo que se combinaran dos cosas en mi cabeza, por un lado mi pasión por el cine de terror de Taboada, y por otro lado mi instinto como periodista. Y se creó en mi cabeza esta pregunta de ¿dónde está Jirón de niebla?”, relató.
A partir de entonces, Cueva se dio a la tarea de investigar más sobre el paradero de la obra perdida. Carlos Enrique Taboada era el responsable de una tetralogía de terror
que el director no sólo conocía sino que además admiraba. Hasta el viento tiene miedo, Veneno para las hadas, Más negro que la noche y El libro de piedra eran esos títulos.
Su primera intención había sido escribir un reportaje al respecto, pero pronto la historia con la que empezó a involucrarse se hizo más y más compleja. Recuerdo la sensación de estar haciendo el documental, de ser esta especie de investigador o detective. Era una adicción que no iba a parar hasta que encontráramos la película
, reconoció Cueva, y me di cuenta de que la historia era mucho más grande de lo que me imaginaba
.
El formato cambió, pero no el tema ni su interés. Me pareció que había tantas cosas qué contar y tanta gente que podía hablar, que valía la pena que el proyecto creciera de esta manera
, sostuvo. Este es un documental que se fue construyendo poco a poco, porque más que certezas, teníamos muchas preguntas y cada una nos llevaba a otra pregunta
.
El proyecto se instaló en la mente de Cueva desde 2012, pero varios años más fueron necesarios para terminar de darle forma. Gracias a que el director tuvo la oportunidad de hablar con Rocío Amézquita, viuda del cineasta, la investigación comenzó a tomar forma.
Rocío creo que es uno de los pilares más importantes de este documental. Me abrió las puertas de su casa, de su memoria, platicamos muchísimo, al grado de que sentía que conocía a Carlos Enrique Taboada. Para mí era muy importante entenderlo no sólo como director de cine, como creador, entenderlo como persona, porque quería entender quien era él en general cuando sucedió la filmación
, señaló.
Además de hablar con Amézquita, Chrisitian también logró conversar con otros de los involucrados en la filmación de Jirón de niebla. Sabía que tenía un historia muy grande entre las manos y fue que decidimos hacer este documental de un formato más largo
, contó. En sus indagatorias, el director se encontró con muchos fragmentos no siempre claros, todos estaban muy entusiasmados por saber qué había pasado con la película. Nadie sabía
, dijo.
Su reto era entonces encontrar la historia en la memoria de las personas. Lo que tuvimos de pronto frente a nosotros fue un rompecabezas hecho de recuerdos, porque este es un suceso que pasó a finales de los ochenta, más de treinta años, entonces no todos se acordaban de todo y armamos esto con los recuerdos
, explicó.
Buscando la película en archivos de cine como el de la Cineteca Nacional o la Filmoteca de la UNAM, descubrieron poco, como que la producción había utilizado la emergente tecnología del video para filmar Jirón de niebla. También ahí se encontraron casetes con material de la cinta, pero eran sólo fragmentos poco conservados, en el archivo personal del productor Vicente Silva Lombardo.
Otra de las aristas que buscaba plasmar Cueva en su documental era la propia figura del cineasta. “También queríamos dar un poco de contexto sobre quien era Carlos Enrique Taboada y por eso hacemos este recorrido breve por sus cuatro películas de terror para que las personas pudieran descubrir no sólo qué había pasado con Jirón de niebla, sino que también pudieran adentrarse en su obra”, indicó.
Para Cueva, Taboada no sólo fue una figura clave del entretenimiento mexicano, al punto de considerarlo al nivel de otros como Juan Bustillo Oro, Fernando Méndez o Juan López Moctezuma. Fue un artista renacentista, porque Carlos Enrique hizo de todo. Actuó, escribió, dirigió, creo que era alguien que conocía perfectamente la industria y sabía de sus virtudes y sus defectos
, detalló.
“Siempre abordó temas muy adelantados y muy novedosos para su época, siempre encontró una manera refrescante, interesante, nueva, vanguardista y progresista de retratar a los personajes femeninos en la películas como en Hasta el viento tiene miedo”, destacó Christian.
El director también recordó que Guillermo del Toro es admirador declarado de Taboada, señalando que el ganador del Óscar alguna vez mencionó que Hasta el viento tiene miedo era la mejor película del género hecha en México. Taboada es parte de los cimientos del cine de terror mexicano y de ello han dado fe muchísimas personas
, advirtió.
Entre los pocos hallazgos que logró Cueva está el poco material rescatado, así como las posibles causas de su pérdida. También pudo conocer el guion de Jirón de niebla, quedando convencido de lo innovadora que pudo haber sido la película. A mí me parece siempre muy estimulante, muy intrigante, cómo a veces la realidad se puede meter en la ficción
, explicó, a mí lo que me gusta decir es que el terror de la vida real se metió en la ficción, y el terror de la vida real fue más grande incluso del terror de la película que estaba haciendo Carlos Enrique Taboada
.
El documental Jirón ha podido llegar a festivales como Mórbido y el reconocido Festival de Cine de Sitges. A partir de hoy, la película podrá verse en cines del estado de México, Chiapas, Quintana Roo, Puebla y la Ciudad de México. La cartelera completa y las salas se pueden consultar en www.manticoramedia.com