Ciudad de México. Los clásicos son partidos aparte, una fiesta que pinta de colores los estadios de futbol. Después del histórico 7-0 del año pasado, el América se propuso dar una nueva estocada a Cruz Azul (3-1) con una demostración ofensiva que despertó el estallido de más de 66 mil 300 personas en el estadio Azteca.
Como este deporte no es un fenómeno rígido, sino de constantes mareas, las Águilas encontraron el viento a favor a partir de los errores de La Máquina y la expulsión de Michael Estrada. A pesar de verse en desventaja con el gol de Uriel Antuna (12), habilitado por una mala barrida de Álvaro Fidalgo, los de Coapa nunca dejaron de ser valientes y combativos.
Todo viró en cuanto Alejandro Zendejas se soltó con la pelota y demostró que es mucho más que un futbolista que va al espacio. El estadunidense empató los cartones con un tiro raso y colocado (42), y castigó la desconcentración de La Máquina con un doblete que valió la remontada (47).
Entre el primer y segundo festejo de las Águilas, Estrada reibió la tarjeta roja tras una patada sobre Fidalgo, que fue revisada por el VAR. A partir de ahí, los celestes enfrentaron un imposible. No dejaron de ser osados miraron hacia la meta de Luis Malagón en cada contragolpe, pero el daño fue irreparable.
Con el doblete de Zendejas, Henry Martín controló de manera exquisita la pelota en el área y definió el 3-1 por un lado de Jesús Corona.
No conforme con demostrar su poderío, el equipo de Fernando Ortiz desplegó sus banderas para buscar otra goleada histórica al grito de “7-0, 7-0!” que retumbaba en las tribunas.
Mientras las Águilas son ahora sublíderes de la Liga en 15 fechas, los celestes terminaron sin opciones de clasificarse directo a la liguilla y su única esperanza es el repechaje.