Kourou. La sonda espacial europea Juice fue lanzada con éxito este viernes, a bordo de un cohete Ariane 5, hacia Júpiter y sus lunas heladas con la misión de buscar ambientes propicios para formas de vida extraterrestre.
El cohete despegó desde el centro espacial europeo de Kourou, en la Guayana Francesa, a las 12H14 GMT, 24 horas después de que fuera aplazado su lanzamiento debido al riesgo de tormentas.
La sonda se separó del cohete lanzadera, tal y como estaba previsto, 27 minutos después del despegue, a unos 1.500 kilómetros de altitud.
Una vez que la separación tuvo éxito, los equipos tuvieron que esperar a que el satélite enviara su primera señal, lo que terminó haciendo después de unos largos minutos de suspenso.
La sonda de más de seis toneladas pudo luego desplegar sus enormes paneles solares, del tamaño de una cancha de baloncesto, otra importante etapa.
"¡Ya está!" dijo a AFP Olivier Witasse, director científico de Juice para la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
"La sonda tardará 17 días en desplegar sus antenas, y en tres meses tendremos el diagnóstico final de su rendimiento. Entonces estaremos en la fase del viaje interplanetario", explicó Nicolas Altobelli, a cargo de la misión.
La misión de Ariane 5 "es un éxito", declaró por su parte Stéphane Israël, presidente de Arianespace.
Odisea de ocho años
Así empezó una odisea de ocho años para Juice, nombre procedente de las siglas inglesas de Exploradora de las Lunas Heladas de Júpiter, la misión faro de la ESA.
El jueves, cuando se había previsto el lanzamiento en un primer momento, los equipos del centro espacial decidieron interrumpir las operaciones de despegue por el riesgo de rayos, a pocos minutos de la cuenta atrás final.
Contrariamente a los lanzamientos clásicos que disponen de un cierto margen para despegar, la ventana de lanzamiento de la sonda Juice es de apenas un segundo por la particular órbita que debe alcanzar.
"Es la sonda más compleja jamás enviada a Júpiter", subrayó el director general de la ESA, Josef Aschbacher, en la sala de control Jupiter del Centro espacial guayanés.
"Es una misión extraordinaria que muestra todo de lo que Europa es capaz", dijo Philippe Baptiste, presidente del Centro Nacional de Estudios Espaciales francés.
En los satélites de Júpiter, la sonda buscará entornos propicios para la aparición de formas de vida extraterrestre. No llegará a su destino hasta 2031, a más de 620 millones de kilómetros de la Tierra, al final de un viaje agitado.
Océanos bajo el hielo
Al no poder dirigirse directamente hacia Júpiter, la nave deberá ejecutar complejas maniobras de asistencia gravitacional que consisten en usar la fuerza de atracción de otros planetas para ganar velocidad.
Así, el aparato rodeará la Luna y la Tierra, después Venus (2025) y nuevamente la Tierra (2029) antes de poner rumbo definitivo hacia el gigante gaseoso del sistema solar y sus grandes lunas descubiertas por Galileo hace 400 años: la volcánica Ío y las heladas Europa, Ganimedes y Calisto.
La misión principal de Juice es encontrar ambientes adecuados para la aparición de formas de vida.
Júpiter es inhabitable, pero sus lunas Europa y Ganimedes despiertan esperanzas: bajo su superficie de hielo, esconden océanos de agua líquida, uno de los elementos que se consideran imprescindibles para la vida.
El principal objetivo de Juice es Ganimedes, el mayor satélite del sistema solar y el único con un campo magnético que lo protege de las radiaciones. Hacia 2034 debe llegar a su órbita.
La sonda analizará la composición de su océano, para saber si podría desarrollarse un ecosistema en él.
Concebida por Airbus, Juice dispone de diez instrumentos científicos: cámara óptica, espectrómetro de imagen, radar, altímetro, magnetómetro...
También está equipada con enormes paneles solares de 85 metros cuadrados, para captar energía en un entorno donde la luz solar es 25 veces más débil que en la Tierra.
Con un costo total de 1.600 millones de euros, Juice es la primera misión europea que explorará un planeta del sistema solar externo, que comienza más allá de Marte.
Su lanzamiento se produjo en plena crisis de los lanzadores en Europa, casi privada de acceso autónomo al espacio después de la salida de los cohetes rusos Soyuz de Kourou, los retrasos acumulados de Ariane 6 y el fracaso del primer vuelo comercial de Vega C.