Ciudad de México. La agresión del Dalái Lama, de 87 años de edad, a un niño de nueve, es evidente e injustificada
y ninguna tradición o práctica religiosa puede estar por encima del interés superior de la niñez
, aseveró Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe.
El defensor de los derechos de la infancia indicó que “normalizar estos actos, sin importar la persona que los comete, permite justificar que niñas, niños y adolescentes puedan ser vulnerables frente a los deseos de las personas adultas, y destacó que las agresiones y el abuso sexual sucede en relaciones de jerarquía, de poder e impunidad
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Citó como ejemplos de lo anterior los casos de Marcial Maciel, ex líder de los Legionarios de Cristo, los de cientos de curas pederastas católicos y el de Naasón Joaquín, líder de la Iglesia de la Luz del Mundo
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Aparte, Tony Karam, encargado de Casa Tíbet México, indicó que el Dalái Lama ha tenido una vida ética impecable y una larga trayectoria de promoción de la paz y la compasión en todo el mundo
y durante toda su vida ha mantenido un comportamiento ejemplar y no ha estado involucrado en ningún tipo de escándalo
. No obstante, el reciente incidente
es lamentable
, pero ya hubo una disculpa, resaltó.
Martín Pérez destacó: preocupa que nuevamente el pacto patriarcal y la narrativa dominante
que existe en diversos medios y autoridades responsables, protejan al jerarca religioso, al minimizar
lo acaecido, y reducirlo a una broma, demencia senil o un incidente, negando que se vulneran los derechos del niño
.
Karam, maestro budista, destacó en sus redes sociales: conozco al Dalái Lama desde hace mucho tiempo, y puedo dar fe de su verdadero carácter. Él siempre ha demostrado un profundo amor y respeto hacia todos los seres vivos, especialmente hacia los niños
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Sostuvo que su intención siempre ha sido compartir amor y bondad hacia los demás, y cualquier error o incidente inapropiado es completamente fuera de lo común en su conducta
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Juan Martín Pérez recordó la justificación de otros abusos
de budistas contra niños, niñas y adolescentes, pues hubo denuncias en 2018, a través del la etiqueta #MeTooGuru, pero esos delitos hasta el momento siguen impunes
.
Karam remarcó que el monje es conocido por su naturaleza juguetona mientras está en el escenario, como pellizcar la nariz de las personas, tirar de las barbas y hacer caras divertidas a la audiencia
y advirtió que si bien es comprensible que este incidente haya causado preocupación, pensamos que la vida de servicio público del Dalái Lama y su historial de defensa incansable de la paz mundial y la promoción de la compasión hablan de la persona que es
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