Milán. El Milan batió 1-0 en su estadio al Nápoles, este miércoles en la ida de cuartos de la Liga de Campeones, gracias a un gol del argelino Ismaël Bennacer, que coronó una gran jugada del español Brahim Díaz.
Ineficaz y sin su mejor goleador, el lesionado Victor Osimhen, el Nápoles, que jugó con diez desde el minuto 74 por la expulsión de Frank Anguissa, tendrá que remontar el próximo martes en su estadio Diego Maradona si quiere jugar por primera vez las semifinales de la Champions.
El Milan, siete veces campeón europeo pero fuera de los cuartos desde hacía once años, mostró oficio para domar a un Nápoles que debutaba en estas alturas de la competición.
"He visto una buena actitud de mis jugadores. No tienen experiencia internacional, no tienen la edad o no han jugado partido de esta importancia. Maignan ha hecho dos o tres intervenciones capitales", resumió el técnico napolitano Luciano Spalletti.
"La vuelta será un gran partido, con mucha tensión y emociones. Empezaron mejor que nosotros, nuestro juego de pases no era bueno y ellos fueron más agresivos. Luego estuvimos a la altura y vamos a Nápoles con gran confianza", dijo el entrenador milanista Stefano Pioli.
Maignan contra el entusiasmo
En San Siro el Nápoles salió entusiasmado, contagiado en la Champions del estado de excitación propio de un equipo que está a punto de reconquistar el Scudetto, que solo ganó con Diego Maradona en 1987 y 1990.
El carrusel de ocasiones del equipo dirigido por Spalletti duró 15 minutos, siendo la más peligrosa la primera, cuando no se habían alcanzado los 60 segundos.
Un centro desde la derecha sin aparente peligro provocó una cadena de errores en la defensa milanista y el georgiano Khvicha Kvaratskhelia, la gran revelación del fútbol europeo, lejos de su mejor versión este miércoles, remató sin malicia. Davide Calabria sacó el balón en la línea.
A continuación Mike Maignan, el flamante nuevo portero titular de la selección francesa, mostró galones con dos manotazos (4 y 11) a disparos lejanos de Anguissa y Piotr Zielinski.
El Milan supo capear este arreón inicial y poco a poco, aunque sin un juego brillante, fue asentándose en el campo.
Sin embargo no disparó a puerta hasta el minuto 25, cuando el portugués Rafael Leao recogió el balón en el centro del campo e inició un eslalon que finalizó con un disparo que se fue a escasos centímetros de uno de los postes.
En otra cabalgada, esta vez firmada por el español Brahim Díaz e iniciada con un elegante gesto que dejó atrás a dos rivales, llegó el gol milanista marcado por Bennacer con un latigazo (40).
El gol desbloqueó al Milan, que estuvo cerca del 2-0. Primero Sandro Tonali, con un remate desviado por un defensa a córner, y tras su saque Simon Kjaer, con un poderoso cabezazo que se fue al larguero, ya en el tiempo de descuento antes del descanso.
Expulsión de Anguissa
Empezó la segunda parte con una nueva ofensiva napolitana, desactivada de nuevo por Maignan, que sacó otra vez el guante para despejar el remate de cabeza del macedonio Elif Elmas (49).
De nuevo el Milan salió indemne pero el Nápoles tuvo que disputar la recta final sin Anguissa, que vio una segunda amarilla por una entrada a Theo Hernandez (74).
Con uno más el Milan intentó dar un paso adelante pero el Nápoles había optado por cerrarse e intentar minimizar daños.
Incluso el equipo de Spalletti tuvo la última, un cabezazo alto del uruguayo Mathias Olivera (88).