Dos décadas después de que fuera enviado al archivo, se abrió el caso del homicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, esta vez con la hipótesis de un complot, una acción concertada, contraria a la del asesino solitario con la cual se cerró el expediente en 2000.
Tenemos que hablar de una acción concertada y tenemos que manejar con sigilo nuestras investigaciones. Estamos abriendo esta (hipótesis) y por lo complejo y político que es este caso, nos tenemos que blindar, dijo a La Jornada el fiscal especial para esta indagatoria, Abel Galván Gallardo.
Colosio, entonces candidato presidencial del PRI, encabezó un mitin en la colonia Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California, el 23 de marzo de 1994.
A las 17:12 (hora local), cuando ya había concluido el mitin, el político sonorense se abría paso con dificultad entre la multitud. Enmedio del tumulto, Mario Aburto Martínez pudo acercarse al candidato, colocó el cañón de un revólver Taurus calibre .38 en la cabeza de Colosio y abrió fuego. Un segundo disparo salió del revólver y penetró el abdomen. Colosio fue declarado oficialmente muerto a las 18:55 horas.
Desde los primeros minutos del atentado surgieron versiones sobre un posible complot para sustituir al candidato elegido por el presidente Carlos Salinas de Gortari.
Así lo planteó el primer fiscal del caso, Miguel Montes: se trató de una acción concertada. Pero casi tres meses después de sus primeras consideraciones, cambió su teoría por la de un asesino solitario. Según esa conclusión, un solo hombre planeó y ejecutó el crimen: Mario Aburto.
Antes del actual fiscal Galván Gallardo, tuvieron a su cargo la investigación la jurista Olga Islas González Mariscal, Pablo Chapa Bezanilla y Luis Raúl González Pérez. Este último envió el expediente a la reserva en 2000. Desde entonces el caso permanecía archivado. Todas las pruebas, peritajes y declaraciones quedaron en una bodega del Ministerio Público Federal.
La reapertura
Tenemos que hacer un preámbulo de cómo inició esta reapertura, dijo Galván Gallardo. Recordó que, el 25 de octubre de 2021, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió la recomendación 48BG2021 sobre violaciones graves a los derechos humanos, a la integridad personal y trato indigno por actos de tortura, así como al debido proceso, en agravio de Aburto.
La recomendación estaba dirigida, entre otras autoridades, a la FGR y tenía dos puntos centrales. Primero, que se sustente e integre la averiguación previa iniciada desde 1994, para que a la brevedad concluya la investigación del delito de tortura contra Aburto.
El segundo punto es que, con base en nuevas consideraciones y hallazgos, aportados al advertirse violaciones graves a los derechos humanos, la FGR deberá proceder a realizar una investigación del caso que dio origen a la detención y sentencia de Mario Aburto respecto al expediente 003/95, esto es, el homicidio calificado de Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Galván Gallardo indicó que se trata de dos investigaciones: una de tortura contra Aburto y, otra, el asesinato de Colosio. Si bien es cierto que una deriva de otra, son dos indagatorias paralelas, simultáneas pero independientes.
La investigación por tortura contra Aburto deberá concluir en seis meses por orden de un juez de amparo. El fiscal aseguró: Existe un plan exacto, integral, con un catálogo de diligencias para determinar conforme a derecho si existieron o no actos de tortura en aquel entonces para el hoy sentenciado, Mario Aburto.
Un mundo de papel y objetos
El expediente del homicidio calificado está en 527 cajas, “para ser exacto 176 tomos, y por lo que respecta al expediente de tortura del 94 son 20 tomos (…) El enemigo a vencer es el tiempo por los 29 años que han pasado de cuando sucedieron los hechos”, subrayó el fiscal.
Nosotros hemos determinado nuestra hipótesis actual. Hemos fijado una ruta de investigación y nuestra hipótesis actual es una determinación objetiva como una acción concertada. Lo hemos comentado de forma responsable y bajo esa determinación estamos trabajando.
–¿Retornarán a la investigación que involucró a personas (implicadas en su momento) como Tranquilino Sánchez Venegas, Vicente y Rodolfo Mayoral, y Othón Cortés Vázquez?
–No, esas personas ya están descartadas, ya fueron juzgadas, ya fueron absueltas, ya están bajo otra ruta.
–¿Su investigación se acerca más a la parte de un complot de Estado?
–Estamos hablando de otras hipótesis. Por el sigilo de la investigación estaremos con esta reserva.
–¿Se considera que llegaría hasta el ex presidente Ernesto Zedillo y otros personajes como José María Córdoba Montoya (jefe de la oficina presidencial con Salinas)?
–Es un tema que conlleva mucha responsabilidad.
–¿Bajo su perspectiva, se puede cambiar la historia del homicidio de Colosio?
–Estamos con un proceso integral y con objetividad para lograr una investigación responsable.
–La investigación sobre Aburto considera su detención, traslado a instalaciones de la entonces Procuraduría General de la República en Tijuana, la presunta tortura en una playa, el llamado octavo pasajero, que voló en el avión que lo condujo a la Ciudad de México, su internamiento en la prisión de máxima seguridad y tratos crueles durante su encarcelamiento. ¿Se llamará a las personas más importantes que tuvieron conocimiento y participaron en la investigación del homicidio, como de la detención, traslado y presunta tortura de Aburto?
–Queremos ser objetivos y no volver a practicar diligencias ociosas que no nos llevarán a nada. Tenemos un plan de investigación y un enemigo a vencer que es el tiempo, el delito de homicidio contra Colosio prescribe en 2035. El caso de tortura contra Aburto es imprescriptible.