Ciudad de México. El encarecimiento en los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas ha sido tres veces más alto para los mexicanos más pobres, que para aquellos que se encuentran en el quintil de mayores ingresos, exhibió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo detalló que, en general, los niveles de inflación implican una mayor presión para los hogares de menores ingresos en México, lo mismo que en Colombia, Kenia y Senegal, debido al peso que tienen los alimentos en el gasto de estas familias.
En un capítulo adelantado de su recurrente Monitor Fiscal, el FMI detalla que el impacto estimado de la inflación en la tasa de pobreza, antes de las nuevas medidas compensatorias, es de alrededor de un punto porcentual en Francia, México y Senegal.
A diferencia de Colombia, Finlandia y Francia, donde el incremento en el precio de la energía ha sido central, en México la mayor presión viene por el lado de la adquisición de alimentos; un encarecimiento de hasta 5 por ciento en éstos implica un incremento de 1.8 puntos porcentuales en la pobreza.
“La alta inflación puede imponer costos serios y duraderos a la economía y las personas. Pero los efectos distributivos de la inflación, la forma en que transfiere dinero de unos individuos a otros, son complejos”, amplió el organismo.
En las finanzas públicas, una inflación inesperada “erosiona el valor real de la deuda pública a expensas de los tenedores de bonos”. En los países con un endeudamiento superior al 50 por ciento del producto interno bruto (PIB), cada punto porcentual de aumento inesperado de la inflación reduce las obligaciones en 0.6 puntos porcentuales del PIB, y el efecto dura varios años.
“Sin embargo, a medida que la inflación se vuelve persistente y mejor anticipada, deja de contribuir a la disminución de los índices de endeudamiento. Del mismo modo, la relación déficit/PIB inicialmente disminuye cuando el gasto no logra seguir el ritmo del aumento del valor monetario de la producción de la economía. Pero tales efectos se desvanecen aún más rápido”, amplió.
Con base en encuestas públicas de miles de hogares en Colombia, Finlandia, Francia, Kenia, México y Senegal, el organismo encontró que la inflación reportada entre mediados de 2021 y la mitad de 2022 afectó a las personas a través de tres canales principales: sus patrones de consumo; sus ingresos por salarios, pensiones o transferencias; y sus activos y pasivos.
Dichas encuestas también revelaron que la inflación erosionó los ingresos reales en los países importadores de materias primas, ya que los salarios en todos los grupos de ingresos no se mantuvieron al ritmo de los precios, amplió el organismo.
El FMI destacó que la política fiscal puede apoyar a la monetaria para hacer frente a la inflación porque también afecta a la demanda agregada. En las economías avanzadas se encontró que, desde 1985, reducir el gasto público en un punto porcentual del PIB, merma la inflación en medio punto porcentual.
Sin embargo, agregó, para salvaguardar a los pobres, la política fiscal debe apostar por aumentos de impuestos, recortes en gastos de menor prioridad, combinados con transferencias de gobierno más grandes. “Esta estrategia da como resultado, por diseño, que no disminuya el consumo de los pobres, sino también una menor disminución del consumo general”.