¡Ah, pero no hubiera sido un árbitro el agredido, porque hacen paro!... El desquiciado silbante Fernando Hernández soltó un rodillazo al futbolista Lucas Romero cuando los jugadores del León lo rodearon espetándolo airadamente por una presunta mano del americanista Israel Reyes antes del gol de Diego Valdés, el sábado por la noche en el estadio Azteca. Casi dos horas después, cuando se le enfrió la cabeza y logró reflexionar, presuroso alcanzó al autobús de los esmeraldas y trepó para disculparse.
Desorientado, nervioso y claramente rebasado, Hernández perdió el control del partido y esa agresión (que se está investigando) tendrá duras consecuencias... El choque entre equipos punteros de la tabla general era de gran atractivo, tanto que hubo operativo especial con despliegue de mil 300 uniformados y exhaustiva revisión, incluido el FanID, para entrar al inmueble. Sin embargo, la violencia no anidó en las gradas, sino en la cancha, y la propició el juez central con sus titubeos y mal desempeño.
El juego estuvo por encima de lo que ofrece de cotidiano la deprimida Liga Mx. Fue intenso, sobre todo en el segundo tiempo. Los equipos no defraudaron, pero Hernández no estuvo a la altura, tampoco Armando Archundia, titular de la Comisión de Árbitros, ni quienes hacen las designaciones. La crispación llegó hasta el área técnica donde Fernando Ortiz le desgarró la playera a Nicolás Larcamón y el nazareno, con la presión hasta el cuello, decidió expulsar a ambos, que se fueron echando chispas; el Tano Ortiz, llorando de ira.
Desde luego, no fue un rodillazo bien dado como él hubiera querido, como claramente se puede leer en la mirada iracunda y desorbitada que dirige al jugador. También es cierto que Romero dramatizó y se tiró al suelo con esa teatralidad que acostumbran los futbolistas al menor roce, como si padecieran una amputación sin anestesia, pero la agresión existió... La memoria desempolva el episodio del 11 de marzo de 2017, cuando los silbantes hicieron un paro y rehusaron pitar el choque Veracruz-Puebla.
Aquella vez los árbitros estaban indignados hasta el tuétano por eso que la comisión disciplinaria definió como intentos de agresión, después que el paraguayo Pablo Aguilar tiró un cabezazo (también mal dado) precisamente a Fernando Hernández, y recibió una sanción de 10 partidos. Y Enrique Triverio empujó al juez Miguel Ángel Flores; lo suspendieron ocho. El gremio arbitral se desgarró las vestiduras: ¡Pero qué injusticia! ¡qué castigo tan mínimo para una falta máxima!
Los colegiados agrupados en la extinta Asociación Mexicana de Árbitros (AMA), entonces encabezada por Paul Enrique Delgadillo, reclamaron una sanción ejemplar de al menos seis meses. Por las rutas cibernéticas hicieron fluir el hashtag: #Respeto dentro del terreno de juego. Amenazaron y cumplieron con el paro en la fecha 10 del Clausura 2017. El cuerpo arbitral presidido por Luis Enrique Santander se marchó muy digno del estadio Luis Pirata Fuente sin hacer sonar la ocarina… ¿Habrá seis meses de suspensión para Fernando Hernández?
Otra historia, no menos interesante, es la manera en que Arturo Brizio Carter llegó a la Comisión de Árbitros de la Federación Mexicana de Futbol, no sólo para implementar el VAR, también con la encomienda de extinguir la AMA, que había tenido aciertos como pugnar por mejores salarios. En cuanto pudo, Brizio quitó gafetes internacionales a los líderes como Roberto García Orozco, Francisco Chacón, José Luis Camargo y prácticamente acabó con sus carreras... Porque en el futbol organizado no se permiten gremios auténticos de jugadores ni de silbantes, sólo los que los federativos tutelan y manejan como marionetas.
La jornada 13 en general fue divertida. El Atlas-Chivas resultó vibrante, con buenos goles y los porteros inspirados. Ya le debían una noche así a los aficionados. Hasta el pichicato Cruz Azul del Tuca Ferretti se excedió en su cuota y anotó ¡dos goles! para vencer a los Tuzos, Toluca le pegó a Tigres, mientras Rayados (en la cima en varonil y femenil) apaleó a Xolos... Grupo Caliente es más patrocinador que nunca, no sólo con publicidad, sino ahora inyectará recursos a la Liga de Expansión, pues alista el pago de multas por sus fracasados Querétaro y Tijuana.