Un equipo de investigadores empezará el martes a perforar el hielo que recubre el archipiélago noruego de Svalbard, en una carrera contrarreloj para salvar siglos de datos climáticos y medioambientales antes de que desaparezcan a causa del calentamiento del planeta.
"Los glaciares de las altas latitudes, como los del Ártico, han empezado empezaron a fundirse a gran velocidad", constata la fundación Ice Memory en su comunicado este lunes.
"Queremos recuperar y preservar, para las generaciones futuras de científicos, esos extraordinarios archivos del clima de nuestro planeta antes de que todas las informaciones que contienen hayan desaparecido", indica Carlo Barbante, director del Instituto de Ciencias Polares del Consejo de Investigaciones Científicas italiano y vicepresidente de la Fundación.
Son ocho científicos de Francia, Italia y Noruega, junto a un especialista en perforación y un guía de montaña los encargados de extraer dos muestras cilíndricas de 125 metros de longitud en total, en cortes de un metro.
Una muestra será analizada inmediatamente y la otra conservada en el Antártico para generaciones futuras.
Los glaciólogos ven como "su materia prima está desapareciendo para siempre de la superficie del planeta. Nuestra responsabilidad, como glaciólogos de nuestra generación, es conseguir preservar un poco" de ese material, declaró el lunes a AFP el presidente de Ice Memory, Jérôme Chappellaz.
El equipo ha establecido su campamento a 1.100 metros de altura, en la región de Holtedahlfonna, llena de peligrosas grietas, con temperaturas entre -25°C y -5°C.
A lo largo de veinte días, el equipo tiene la responsabilidad de extraer los cilindros, que tienen un diámetro de 10 cm.
Las muestras destinadas a viajar hasta el Antártico, al otro extremo del planeta, serán almacenadas en la base francoitaliana de Concordia, donde se ha acondicionado una gruta natural con una temperatura media de -50°C.
Esos troncos de hielo albergarán la memoria climática de los últimos 300 años, en particular en sus diminutas burbujas de aire aprisionadas en el hielo.
Creada en 2015, la iniciativa francoitaliana Ice Memory ya ha recogido muestras en los Alpes, los Andes, el Cáucaso y Altai.
El proyecto tiene previsto realizar extracciones en un total de veinte sitios en todo el mundo.