El América no pudo escalar la montaña más alta y dura que se le ha puesto por delante en la cordillera de la Liga Mx. Ante más de 37 mil aficionados en el estadio Azteca, el equipo que dirige Fernando Ortiz aguantó la embestida del León, pero empató 2-2 con un gol de último minuto.
Puede ocurrir que las Águilas pierdan tiempo en busca de un resultado; sin embargo, cuando atacan lo hacen con un hambre atrasada que lo vuelve todo más épico. Después del gol de José Alfonso Alvarado (45+2), el partido contra la Fiera lo obligó a salir de caza con el poder escénico de su inmueble.
El uruguayo Diego Valdéz (63) y Henry Martín (68) recurrieron a su imaginación para definir las dos jugadas que dieron vuelta a los cartones. Dadas las circunstancias de anoche, el América entendió que la sabiduría también consiste en saber elegir, dejar ser y no darse por vencido. Sólo así pudo resolver sus preocupaciones.
Golpeados por el tsunami americanista, los esmeraldas siguieron peleando cada pelota como si fuera la última, sin más escuela que la del barrio y la calle. Lo hicieron con tal intensidad que su técnico, el uruguayo Nicolás Larcamón, perdió la noción del juego y se enfrascó con el argentino Fernando Ortiz, ubicado a unos metros, en un intercambio de insultos y provocaciones que valió para ambos la tarjeta roja.
Los dos entrenadores siguieron en la suya en los vestidores, donde integrantes del cuerpo técnico y seguridad tuvieron que intervenir para que no se fueran a las manos. Motivados por el entorno hostil, los jugadores del León llegaron a la recta final con el deber de ratificarse a sí mismos como uno de los planteles más incómodos de la Liga.
Así, consiguieron el empate definitivo con un gol de Joel Campbell (90+4), suficiente para mantener su ventaja en el segundo lugar de la competencia y también su invicto en las últimas 11 fechas.
“Somos un cuerpo técnico muy intenso, pero jamás cargamos a alguien. Sabemos ganar y perder, siempre nos hemos manejado comn mucho respeto. Es muy fácil ser canchero dentro de la cancha, pero ya nos volveremos a cruzar. Lo demás queda ahí”, señaló Javier Berges, auxiliar técnico de la Fiera.
Durante el partido, en el minuto 64, elementos esmeraldas se encararon con el árbitro Fernando Hernández para reclamarle una presunta mano luego del gol de Diego Valdés en el 1-1. Durante el conato de bronca, el árbitro Fernando Hernández hizo contacto con su rodilla con Lucas Romero, quien cayó al suelo.
El club se quejó por la acción del silbante en redes sociales y calificó su trabajo como inaceptable.