Se ha avanzado en transformar la estructura del Poder Ejecutivo para combatir la corrupción, pero aún falta una reforma del Estado mexicano que introduzca cambios profundos en los otros poderes y organismos, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador. Subrayó que, en especial, el Poder Judicial arrastra problemas estructurales que van más allá de los ministros, magistrados y jueces, pues abarca al entorno, incluido el ejercicio de la abogacía.
Durante su conferencia de prensa matutina, consultado acerca del desempeño del Poder Judicial, López Obrador descalificó de nueva cuenta la decisión del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Javier Laynez, quien dio entrada a la controversia constitucional promovida por el Instituto Nacional Electoral y suspendió la vigencia del plan B de reforma electoral: “Este ministro que canceló la ley electoral, uno solo, como su Alteza Serenísima, como representante del supremo poder conservador, imagínense suspender una ley un ministro, una ley aprobada en el Congreso. Si hay un poder que tiene que ver con el pueblo, que tiene que ver con la soberanía popular, es el Legislativo”, afirmó el mandatario.
A partir de esto, planteó una disyuntiva sobre una eventual renovación total del Poder Judicial, esto es, entre mil 500 y mil 800 jueces para garantizar que fueran sustituidos por profesionistas honestos y cercanos a la gente. ¿De dónde los voy a sacar? Es un problema estructural, o sea, no es un asunto que se pueda resolver de la noche a la mañana
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Para el Presidente es necesario revisar la formación de los abogados desde las universidades, porque se ha perdido la visión humanista del ejercicio de esta profesión, pues se ha impuesto una concepción del derecho privado, mercantil o penal. Todo lo concerniente con el derecho público casi desapareció, esto es, el laboral, agrario, social, ya no se enseña eso, cambiaron los planes de estudio, aseguró.