Ciudad del Vaticano. Se espera que el Papa Francisco abandone el hospital el sábado, a la espera de los resultados de sus últimas pruebas médicas y participe en un servicio religioso del Domingo de Ramos al día siguiente, dijo el Vaticano el viernes.
El Papa, de 86 años, fue trasladado al hospital Gemelli de Roma hace dos días tras quejarse de dificultades respiratorias. Se le diagnosticó bronquitis y ha respondido bien a una infusión de antibióticos, según ha informado el equipo médico.
"Se espera que Su Santidad regrese a Santa Marta mañana, una vez que se conozcan los resultados de los últimos análisis de esta mañana", dijo el Vaticano, refiriéndose a una residencia junto a la Basílica de San Pedro donde vive el Papa.
Destacando la mejoría de la salud del pontífice, el Vaticano dijo que el jueves por la noche comió pizza en el hospital con sus médicos, enfermeras, asistentes y personal de seguridad.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que si Francisco regresa a casa el 1 de abril, participará al día siguiente en un servicio religioso por el Domingo de Ramos, un acontecimiento importante en el calendario de la Iglesia que da inicio a las celebraciones de la Semana Santa.
La Semana Santa incluye una apretada agenda de rituales y ceremonias que pueden resultar físicamente agotadoras, incluida una procesión nocturna del Viernes Santo por el Coliseo de Roma.
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, ha dicho que un cardenal ayudará al Papa durante las celebraciones de la semana y se ocupará de las tareas del altar.
El año pasado se puso en marcha un sistema similar, cuando el Papa se sentó a un lado durante algunos actos de Pascua debido a un persistente dolor de rodilla, dejando que los cardenales más veteranos dirigieran las misas.
Francisco, que celebró el décimo aniversario de su pontificado a principios de este mes, ha sufrido una serie de dolencias en los últimos años. Fue hospitalizado por última vez en julio de 2021, cuando le extirparon parte del colon en una operación destinada a tratar una dolorosa enfermedad intestinal llamada diverticulitis.
"Las pruebas y las fatigas de la vida —vividas en la fe— contribuyen a purificar el corazón, a hacerlo más humilde y, por tanto, más dispuesto a abrirse a Dio", tuiteó el papa el viernes.