Ciudad de México. En las canciones de José Alfredo Jiménez se pueden encontrar múltiples aspectos que destilan cualidades literarias, en las que se revela la cosmovisión de uno de los compositores más importantes de todos los tiempos, sostiene en entrevista Paloma Jiménez Gálvez, hija del guanajuatense.
En el libro Cuando te hablen de amor y de ilusiones, editado por el Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato y Ediciones La Rana, Jiménez Gálvez descifra la manera de ver y entender el mundo del autor insigne de poesía popular.
“En cada canción el sujeto lírico puede ser el que la canta o el que la escribe, lo que me interesaba en esta publicación era ver cómo había plasmado su mundo a través de estas casi 300 canciones. El recorrido dentro de esa cosmovisión me permitió encontrar diferentes rostros para hablar de José Alfredo Jiménez.
“Hay uno, fundamental y contundente: el que se refiere al sufrimiento. Por ejemplo, cuando canta ‘no vale nada la vida, la vida no vale nada, comienza siempre llorando y así llorando se acaba’, nos habla del sufrimiento de la vida que es una marca de la existencia y que todos lo hemos sentido. José Alfredo va plasmando en diferentes letras aspectos que a veces uno vive, pero no se sabe cómo expresarlos. Lo que me maravilla es que con un lenguaje sencillo y mucho vocabulario logró expresar sentimientos”, explica la autora del libro.
Con el corazón abierto
En las canciones, de acuerdo con Paloma Jiménez, hay una persona que habla con el corazón abierto y aunque hay una marca muy precisa sobre el sufrimiento, también está el José Alfredo de fiesta que hizo Serenata huasteca. “Escribió canciones que son muy alegres y que nos presentan a un sujeto lírico completamente diferente, después está otro tema que me gustó mucho y se refiere al mundo sagrado, porque él era muy devoto de la Virgen de Guadalupe.
Otro aspecto presente en las canciones del llamdo Hijo del pueblo es la forma en que veía a la mujer. En sus letras hay muchas mujeres y muchos caminos, porque está el de la parranda, el de la noche, el de Guanajuato. Entonces recorres los senderos de México no sólo de Guanajuato
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En Cuando te hablen de amor y de ilusiones, Jiménez Gálvez, quien estudió el posgrado en letras modernas, analiza a uno de los mejores compositores de música popular mexicana que plasmó en sus obras el sentir de un pueblo, así como historias de despecho y rendición.
“Era muy alegre y bromista, tenía un sentido del humor muy especial, pero era muy divertido, lo que pasa es que era también tímido, pero cuando tomaba confianza se sentía pez en el agua. Era una persona alegre con la marca del sufrimiento por la pérdida de su padre y luego la de mi tío Nacho que tenía sólo 34 años.
También era una persona muy observadora, cuando se quedaba callado, te dabas cuenta de que traía algo que iba componiendo, decía que la música y la letra le venían siempre juntas, que si no la canción no era redonda, por eso quizá se quedaron varias letras escritas en un cuadernillo que ya no quiso sacar.
Paloma Jiménez Gálvez comentó que las canciones con las que creció, que hablan del país y expresan los sentimientos de los mexicanos fueron como sus primeros cuentos. Mi padre fue mi primer cuentacuentos y de alguna manera creo que esas composiciones son parte de la literatura y no podemos dejarlas a un lado
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José Alfredo Jiménez, añadió su hija, manejó todos los géneros, otro tema presente en el libro. Básicamente, escribió canción bravía, corridos, huapangos, pero también boleros, valses, porque la canción ranchera se adaptó muy bien al ritmo del vals. En la publicación no hablo de música, porque no soy conocedora, lo que me llama más la atención son las letras, aunque aprecio y valoro la música. Estoy contenta con este acervo que me ha tocado de alguna manera trabajar desde la literatura
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A 50 años de la muerte del compositor, Paloma se siente orgullosa de que los jóvenes escuchen las canciones de su padre, quien seguirá vigente porque con sus canciones habló al corazón de las personas, desde su propio corazón
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Adelantó que con motivo del aniversario del fallecimiento del artista, se realiza una remodelación de la Casa Museo José Alfredo Jiménez que se ubica en Dolores Hidalgo, y también se organiza la edición 14 del festival que lleva el nombre del autor de Muñequita negra.