Ciudad de México. La AIEJA (una de las dos asociaciones de casinos en México, la otra la conforma el monopolio de Caliente, Codere y Televisa, que en conjunto han obtenido 36 concesiones del gobierno, y operan 379 casas de apuesta), sostiene que la ludopatía afecta al 1.3 por ciento de los jugadores, y que la intervención del crimen organizado para lavar dinero está descartada porque "el SAT y la UIF reciben en tiempo real la información del monto de las apuestas, con lo cual es prácticamente imposible el lavado de dinero".
Miguel Ángel Ochoa, presidente de esa asociación, demanda al gobierno un impuesto único, "y no importa que alcance la suma de todos los impuestos que pagamos, pero que lo haga y lo distribuya equitativamente con estados y municipios donde operan los casinos". Entrevistado, también reclamó regulación en el juego en línea, porque el 60 por ciento proviene de señales del extranjero que no pagan impuestos, de los 300 millones de dólares que obtienen en ganancias.”
El empresario describe la ludopatía en los casinos: “es un tema que tiene que ver con un efecto real que sucede a un jugador, un cliente y que puede crear de no sólo daño patrimonial sino un daño mental y psicológico, es un trastorno obsesivo compulsivo y quien lo padece se excita, se provoca y se expande a partir de un objeto. No hay estudios oficiales en México, del porcentaje de la población que acude a Casino con ludopatía; hay uno Inglaterra que habla de que el 0.6 or ciento de las personas que van a un casino tiene el problema de ludopatía, y otro estudio en Colombia que marcan el 2 por ciento, y en México nos estamos moviendo en una media de 1.3 por ciento.”
En países como Colombia, España y Perú ya hay botones de autoexclusión, en México no, y Ochoa asegura que para enfrentar ese problema se salud “con el que se estigmatiza al juego con apuestas, “lo que estamos haciendo es capacitar al personal para que detecte a una persona como un potencial ludópata, lo pueda atender, lo pueda canalizar, tenemos convenio con la con Conadic.”
También aduce que, en 75 años de existencia de la Ley de Juegos y Sorteos, no se ha reformado una sola vez, por eso, reitera “queremos una nueva ley que el gobierno mexicano pueda producir, para actualizarnos.”
Los casineros se dicen convenidos de la necesidad de reconocer una realidad: que existe el juego, y que se convierte en una actividad de entretenimiento de toda la población. Por eso “queremos que se regule con claridad el otorgamiento de permisos porque hoy es una capacidad discrecional de la autoridad. Incluso alguno se han obtenidos por la vía del amparo, pero tenemos que dejar claro que el otorgamiento de permisos como es un tema de riesgo de corrupción, y por ello proponemos que se integre por una comisión colegiada de cinco personas que representen las cinco secretarías de Estado, con la de Hacienda, Turismo, Economía, Salud y Desarrollo Social, que tendrían que aprobar por unanimidad un nuevo permiso, hoy está en manos de una persona el riesgo y la tentación de corrupción es muy alto y queremos que se evite.”
Describió la urgencia de que se regule mucho el tema de la responsabilidad social, “incluida la ludopatía, el botón de autoexclusión, la participación del Estado, que se capacite, que se exija a quien llegue a trabajar, que si no está capacitado por un órgano reconocido por el gobierno mexicano no puede operar. Queremos que haya zonas económicamente protegidas para darles beneficios fiscales a los que abran y a los que operen ya traigan turismo y el dinero que venga a la Salas se queda en México, queremos también que las máquinas que existen sean certificadas para garantizar que la máquina no engaña al cliente, sino que al contrario el gobierno se garantiza que el cliente le va a ir bien.
Al abundar sobre el juego en línea refiere que el 60 de la señal que llega México “es ilegal, no paga impuestos, no sabemos quién la proporciona, y pueden engañar al cliente, y se permite el uso a menores de edad, y el gobierno no le controla, exigimos que el gobierno, y que la plataforma sea eliminada bajo manos de la policía cibernética que ya existe.”
Por su parte, el representante de la empresa de casinos costarricenses Betcris, Fernando Garita, reconoce que “en realidad el juego siempre ha sido un tema estigma, pero es una actividad comercial más que da mucho empleo, genera buenos ingresos para los operadores, empleos directos e indirectos. La mejor forma de regular controlar y ser parte activa, nos pasa mucho es que la rotación del grupo gubernamental cada cierto año, cada cuatro años 68 años eso nos da un margen muy corto para preparar el proceso regulatorio.
“Es pedir una colaboración activa con el gobierno para trabajar de la mano y llegar a buenos términos, respetar términos laborales, respetar temas de lavado de activos, en Latinoamérica que nos regimos bajo la gráfica que es una institución que revisa.”
También, de Perú, Carlos Andrés sostiene que el juego es una realidad y que no va a desaparecer, pues “en América latina en los países que operamos no va a desaparecer el casino, porque no tenemos una infraestructura tecnológica como Europa. Son mercados distintos los juegos en línea no compite con los casinos, estamos llevando lo físico a lo virtual”.