Ciudad Juárez, Chih. /Ciudad de México. José Noriel Portillo Gil, conocido como El Chueco, fue encontrado sin vida en el municipio de Choix, Sinaloa, el pasado 18 de marzo. Autoridades federales y del estado de Chihuahua identificaron al fallecido como uno de los autores materiales del homicidio de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora y de un guía de turistas, en junio del año pasado.
Autoridades del estado de Sinaloa —que solicitaron el anonimato por razones de seguridad— informaron que los restos del sicario del Cártel de Sinaloa fueron localizados el pasado 18 de marzo en una brecha en el municipio de Choix, Sinaloa.
Asimismo, indicaron que los restos encontrados por elementos de la Policía Estatal de Sinaloa, ya fueron identificados por sus familiares.
En tanto, fuentes de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua informaron confirmaron que el cuerpo de Portillo Gil tenía un impacto de bala en la cabeza y que enviaron una comitiva de la Agencia Estatal de Investigación, con peritos y expertos, para realizar las diligencias correspondientes e integrar la información en este expediente.
Portillo Gil era jefe de una célula de sicarios y traficantes de droga al servicio de Los Salazar, un grupo delictivo que forma parte del cártel de Sinaloa.
El Chueco está acusado de matar a dos sacerdotes jesuitas y a un guía de turistas el pasado 20 de junio en el poblado de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua. A través de un comunicado de prensa la Fiscalía General de Justicia de dicha entidad informó que alrededor de las 18 horas de ese lunes recibió un informe que alertaba que se había cometido el asesinato de tres personas en Cerocahui, entre ellos el guía de turistas Pedro Heliodoro Palma, quien buscó refugio en la iglesia para escapar de presuntos sicarios.
“El victimario lo agredió en el interior, al igual que a dos sacerdotes que se encontraban en el templo”, precisó el reporte de prensa.
“Los dos religiosos se convirtieron en víctimas circunstanciales de hechos, de los cuales se desconoce al o los responsables, y fue desplegado un operativo a fin de esclarecer dos casos: el secuestro de cuatro personas y un segundo hecho en el que tres hombres fueron privados de la vida”, reportó la Fiscalía.
Por su parte, el obispo de la diócesis Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval, declaró: “El padre Javier Campos y el padre Joaquín Mora estuvieron en el lugar y el momento equivocados, y fueron asesinados cuando ambos estaban cumpliendo su deber de ayudar y socorrer física y espiritualmente a una persona que estaba perdiendo la vida”.
El sacerdote jesuita Javier Ávila Aguirre, narró: “Salieron a ver qué sucedía, cuando un pistolero disparó a un hombre que perseguía; uno de los sacerdotes se acercó inmediatamente para prestarle auxilios espirituales, y en ese momento abrieron fuego en su contra.
“El otro sacerdote –continuó– se acercó al delincuente, que lo conoce porque es el líder de esa región, a calmarlo, y le dijo: ‘Cálmate, espérate’, pero también lo mató; llegó un tercer sacerdote y a él no le hizo nada, según testimonios que me hicieron llegar”.
Ávila Aguirre detalló que “(el delincuente) iba muy fuera de sí, drogado, alcoholizado. El presbítero le dijo: ‘Déjame los cuerpos, por favor, no te los lleves, pero le importó muy poco, los aventaron a una camioneta y se los llevaron”.
Portillo Gil también fue el responsable de asesinar al profesor norteamericano Patrick Braxton Andrew, según la Fiscalía General de Chihuahua.
El Chueco fue considerado desde 2019 como uno de los principales generadores de violencia en la sierra de Chihuahua y cometió decenas de crímenes.
Nueve meses duró la búsqueda de José Noriel Portillo, cientos de elementos de la Policía Estatal, del Ejército Mexicano, Guardia Nacional y hasta la Marina, buscaron al delincuente por la sierra de Chihuahua.
La FGE ofreció una recompensa de hasta de 5 millones de pesos a quien o quienes aportaran información que conduzca directamente a la captura de Portillo Gil.
Recientemente, el fiscal César Jáuregui Moreno, había expuesto que la captura José Noriel, estaba cada vez más cerca.