Querétaro, Qro. “Un año sin entrar al estadio nos derrumba a todos”, confesaba un grupo de aficionados de Gallos en la zona alta del Corregidora, mientras cientos de camisetas blancas revoloteaban en el aire. Despojada de la violencia de unos cuantos, la plaza que fue mundialista en México 86 reabrió sus puertas al mundo en el empate de Querétaro 2-2 frente a Bravos de Juárez.

La seguridad marcó anoche todo lo que ocurrió en las calles cercanas. Elementos de la policía estatal y la Guardia Nacional se multiplicaron sobre el perímetro, como pequeñas unidades anti-barristas. Aislados del resto por el fuerte operativo policial, los líderes de la Resistencia se propusieron no causar problemas en la cabecera local, pero en varios momentos sus cánticos reaparecieron con una fuerza descomunal.

En medio de ese estado de ebullición, la afición queretana se levantó de sus asientos para recibir a Ronaldinho, invitado por el gobierno del estado para saludar a unos y otros, vestido con una larga camiseta negra de rapero, su clásica gorra y un saludo surfero llamado Shaka, extendiendo los dedos meñique y pulgar.

“He pasado momentos muy felices en este estadio”, expresó el brasileño sobre el círculo central. Aquello fue tan sólo el preámbulo del gol de Rodrigo López (minuto 2), con el que estallaron las gargantas de los locales.

Mientras Dinho regalaba sus últimas sonrisas, una pequeña parvada de palomas blancas fue liberada para surcar los aires. Además de la implementación del FanID, miles de camisetas blancas en el graderío rezaron mensajes de paz y cofradía: “Somos una familia, somos carnales”. La fiesta, sin embargo, entró en un espiral profundo de desencanto con los tantos de Maximiliano Olivera (59) y Jordan Sierra (69), con los que Bravos remontó el marcador.

Convencido de que entre empatar o perder cabe un mundo, Gerk encendió de nuevo el ánimo de su equipo con el impulso de su gente. Esa fuerza, deportiva y musical, provocó que la recompensa llegara por medio de un penal, convertido por Pablo Barrera (87) luego de una falta señalada por el VAR.

“Lo de la afición fue espectacular. Se me puso la piel chinita al ver a tanta gente alentar al equipo. Hoy lo empataron ellos”, resaltó el entrenador argentino en conferencia de prensa. “No nos han acompañado los resultados, pero saben lo que siento por esta camiseta”.

Desde el otro frente, el entrenador de Bravos, Hernán Cristante, recordó aquel capítulo del 5 de marzo de 2022, cuando paradójicamente estaba al frente de Gallos.

"La gente pagó algo de lo que no era responsable. Me dio mucha alegría. Lo que pasó hace un año no fue por la gente de Querétaro, tampoco la de Atlas. Fue una situación diferente, hubo responsables y hoy tuvieron un merecido reencuentro con su club".