América Latina y el Caribe se enfrenta a un desafío triple, pues debe satisfacer más demandas sociales —que incluye acabar con la pobreza—, las restricciones fiscales con altas deudas y un lento ritmo de crecimiento, señaló Ilan Goldfajn, Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Al participar en la sesión inaugural de la Asamblea Anual de esa institución, en la que Héctor Alexander, Ministro de Economía y Finanzas de Panamá fue elegido como presidente de la Asamblea de Gobernadores del BID y la Corporación Interamericana de Inversiones (BID Invest), Goldfajn destacó que es inaceptable que 60 millones de personas en la región pasen hambre, cuando es la principal exportadora de alimentos.
El directivo recordó que en 2021 la economía regional avanzó 3.9 por ciento, pero ahora el crecimiento se está desacelerando, como consecuencia de crisis superpuestas como la invasión a Ucrania, el aumento de la inseguridad alimentaria y el cambio climático.
Abundó que los ciudadanos de América Latina y el Caribe piden más y mejor educación, salud, transporte, internet y clima. "Esas demandas son aún más difíciles de cumplir, porque los gobiernos tienen recursos limitados”, dijo.
Apuntó que la región tiene recursos limitados por la restricciones fiscales y mayor deuda, por lo que para solucionar los problemas es necesario mejorar la economía. “Eso es lo que la región ha enfrentado, la dificultad de aumentar el crecimiento”, indicó.
“El principal desafío es triple, más demandas sociales, restricciones fiscales con altas deudas y el crecimiento que es lento”, destacó.
“Los gobiernos deben superar las plagas históricas de la pobreza, la desigualdad, aumentando la productividad, acelerando el crecimiento al tiempo que afrontan eventos climáticos más frecuentes, pero con recursos escasos”
Comentó que la tarea no es fácil, pero también implica cambiar la visión de ver a América Latina y el Caribe. Verla “no como una víctima de los problemas mundiales, sino como una región que contribuye para su solución”, indicó.
Subrayó que es importante el diálogo, por ser más importante en un mundo cada vez más polarizado.
Indicó que América Latina y el Caribe son parte de la solución global en seguridad alimentaria, pues con las reformas adecuadas puede producir ocho veces más alimentos de los que produce ahora y que serían suficientes para alimentar a 10 mil millones de personas.
Sin embargo, subrayó que siendo la principal exportadora de alimentos, “60 millones de personas en América Latina y el Caribe pasan hambre, esto es totalmente inaceptable”.
Anotó que algunos países son líderes en la transición hacia emisiones cero, como Panamá. Abundó que el 80 por ciento de la energía en América Central proviene de energías renovables, mientras que a nivel región es de 60 por ciento.
Resaltó que “América Latina alberga dos tercios del litio mundial, pues el litio es parte de la revolución de los vehículos eléctricos que no pueden existir sin los materiales claves que se producen acá”.
“La región podría ser una fuente de energía limpia para el mundo, el mundo debe aprovechar esa ventaja competitiva y de manera sostenible, utilizar estratégicamente nuestros recursos para impulsar un desarrollo inclusivo”, dijo.
Reconoció que el BID debe ser más efectivo, enfocarse en resultados, que mejore las vidas y priorizar la solución de los temas sociales —la pobreza, la desigualdad en todas las dimensiones, la inseguridad alimentaria, salud, educación—, así como el cambio climático, “que ya llegó a nuestra región”.
“Estos desafíos que enfrentamos no fueron creados de la noche a la mañana y quiero ser sincero no los vamos a resolver mañana en un día”, concluyó.