Cada martes, desde hace 25 años, los radioescuchas tienen oportunidad de escuchar durante dos horas diferentes versiones de una misma obra de música clásica, algunas históricas, otras recién grabadas.
Javier Platas Jaramillo, titular de La otra versión, programa que pasa de 19 a 21 horas en Opus 94, estación de música clásica del Instituto Mexicano de la Radio (Imer), ejemplifica con Las cuatro estaciones, de Vivaldi, en particular La primavera, un concierto para violín que dura en promedio 10 minutos: “Ponemos la grabación de I Musicci (orquesta de cámara italiana), una de las primeras versiones que conocemos. Una anterior es del violinista Josef Kaufman. También la versión de Fabio Biondi (1991) con L’Europa Galante.
“En la música barroca, sobre todo, hay semejanzas, aunque también muchas diferencias. Para el auditorio resulta muy rico notar esto. Obviamente, no es fácil. Si nunca has escuchado Las cuatro estaciones, probablemente te cueste trabajo de primera instancia entender qué pasa”.
Después de un cuarto de siglo, gran parte del auditorio de La otra versión está más que entrenada
. Para Platas Jaramillo, sin embargo, lo suyo no representa una cátedra. Es más bien un divertimento sofisticado. Me considero un melómano
, dice con modestia este músico de profesión, violonchelista y docente. Lo que se hace en el programa es de otro ámbito, porque conozco músicos que no son melómanos
.
No ha sido fácil sobrevivir 25 años en “un entorno como el de México. Nos hemos enfrentado –no soy sólo yo, esto es un equipo– y sorteado dificultades de todo tipo: burocráticas, físicas, tecnológicas, presupuestales... en fin, muchas cosas”. Si el programa ha sobrevivido su titular se lo debe a los radioescuchas. Una vez lo corrieron
de la estación. Había llegado como gerente en un momento muy inapropiado
, situación que condujo a su despido. Muchos radioyentes se quejaron y lo regresaron.
Hay quienes escuchan el programa desde 1998, y a lo largo del tiempo muchas personas más se han sumado. Platas Jaramillo reconoce, sin embargo, que durante la pandemia hubo un bajón
en cuanto a audiencia, porque tuvimos que salir del aire más de un año. Transmitía por Facebook, pero no es el mismo público. Hay quienes no cuentan con esa red social
.
Asegura: Los radionautas han sido generosos, amables, comprensivos y cooperativos. Tengo amigos que salieron de esta especie de hidra de mil cabezas que es el público
. También hay personas entrañables
, como la pianista Astrid Marlene Morales Torres, quien empezó a escuchar el programa de niña, cuando tenía cinco años. Hablaba y hablaba por teléfono. Cuando empezó a estudiar piano, venía a compartir sus experiencias
, relata Platas Jaramillo.
Material inagotable
Al parecer el material disponible para el programa es inagotable: “Siempre hay nuevas versiones. Con la bondad de las redes, del streaming –hay especializados en música clásica–, lo nuevo sale al otro día de que se publica. Se encuentra uno cosas como una sinfonía de Schubert en una compañía alemana de discos a cargo de Herbert Blomstedt, director longevo de 97 años. Lo oyes, es sorprendente, como si hubiera sido compuesto ayer. Esto es por la magia de las novedades tecnológicas, de la digitalización y de la asequibilidad que hoy tenemos de escucharlo”.
Si en un principio uno compraba los discos que iban a tocar, ahora con la tecnología no hay necesidad de esto: Ya no hay dónde comprarlos
. A pesar del regreso del vinil, cuya riqueza sonora es mucho más grande
, el músico señala algo que quizás el público no sabe. “No es que el vinil, o el compacto o el streaming, sea mejor, sino que es una cadena, desde cómo se graba y reproduce. Es decir, qué cable estoy utilizando, qué tipo de bocinas, de amplificador, cómo está mi conexión con Internet. También hay que tomar en cuenta cómo se grabó el vinil, de manera digital o análoga. Son muchos factores que intervienen a la hora de escuchar un suceso registrado en una máquina”.
A lo largo de los años, Platas Jaramillo ha compartido el micrófono con otros locutores. El primero fue José María Álvarez, con quien fundó el programa. Luego Raúl Zambrano, quien se fue a vivir a Bruselas; quien viene a México dos veces al año y vuelve a participar. En ocasiones, Platas Jaramillo está sólo; en otras tiene invitados.
En fechas recientes acudió la chelista Claudia Pacheco, quien realiza una tesis de posgrado con el tema de Prometeo en la música. La idea fue hablar de este personaje y la influencia que ejerció en varios compositores. Platas Jaramillo trata de hacer una especie de equilibrio a la hora de planear el programa, entre lo muy conocido y lo no tanto. Por ejemplo, se tocó una pieza poco conocida que Beethoven dedicó a Prometeo.