El Tren Maya “es un proyecto para el futuro”, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador. Permitirá, agregó, recuperar “un pasado glorioso, de arte y cultura”; pero a la vez conllevará ingresos para una zona que ha estado abandonada por mucho tiempo. Señaló que en la zona sur, cerca de los límites con Guatemala, se tuvo que hacer 21 cambios en el trazo de la ruta debido a la alta cantidad de vestigios arqueológicos que se han encontrado.
En la mañanera de este miércoles, a pregunta sobre la relevancia de las zonas arqueológicas ubicadas al sur de la región, el mandatario destacó que cuando se ideó el proyecto se pensó que la región donde mayores vestigios mayas se encontrarían sería al norte de la Península de Yucatán, y si bien así fue; hacia la zona de Calakmul, cerca de la frontera con Guatemala, se han hallado muchos más.
“Le pedí al director (de Instituto Nacional) de Antropología e Historia, Diego Prieto, que nos ayudará con este tramo, de Calkini (Campeche) a Izamal (Yucatán), pasando por Mérida, pensando que aquí (al norte) íbamos a encontrar el mayor número de vestigios arqueológicos, y sí, encontramos como 3 mil vestigios, y se recuperaron, ya están en un museo en Mérida, y se esta trabajando para restaurarlos y van a ser exhibidas las piezas. Pero ¡sorpresa! Este tramo (más al sur), aquí está Calakmul, de aquí a Escárcega (ambas más al sur en Campeche), que tiene que ver con los límites de Guatemala, (encontramos) 10 mil vestigios. Tuvimos que hacer 21 cambios de trazo, completamente poblado toda esta zona de los antiguos mayas, más que la península”.
El jefe del Ejecutivo inclusive reveló que al darse cuenta que en esa zona había gran cantidad de pruebas que los antiguos mayas se extendieron desde Centroamérica hasta la Península de Yucatán, “no había los límites territoriales que hay ahora”, propuso al presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, que se permitiera extender el trazo del paso del tren si bien en territorio mexicano, pero más próximo a la frontera entre ambas naciones.
Con ello, agregó, inclusive podría verse beneficiado Guatemala pues una estación del Tren Maya estaría cercana a una antigua ciudad maya conocida como El Mirador, a sólo tres o cuatro kilómetros de la frontera, en suelo guatemalteco, en el municipio de San Andrés del departamento de Petén; y de ahí conectar a través de un sendero que respetara la reserva natural con la antigua Tikal.
Sin embargo, detalló López Obrador, si bien en principio su homólogo guatemalteco mostró disposición, finalmente tuvo que negarse ante posibles conflictos que pudieran surgir en su país, derivados sobre todo de la pelea que en la época de Porfirio Díaz se dio entre las dos naciones por límites territoriales. “Ya ven, en todos lados hay opositores, adversarios, lo iban a acusar (a Giammattei) de estar aceptando los antiguos límites, y por eso no se hizo”.
El mandatario destacó que el Tren Maya además será amigable con el medio ambiente, pues en la ruta de Mérida a Chetumal, correrá por doble vía electrificada, y el resto usará diésel de bajo azufre, no contaminante.
“Esto es el futuro del sureste, es lo que le va a permitir a los pobladores de cinco estados sus ingresos a futuro, las nuevas generaciones. Porque aquí (Cancún) están llegando 30 millones de turistas y con el tren van a bajar y se van a internar y por acá (al resto de la zona) también. Hay países en Europa que viven del turismo. Entonces, el tren es el más grande en ecología, estamos hablando de las reservas de flora y fauna más importantes de México y de las más importantes del mundo, que es selva tropical; y (también) es turismo y es arqueología. Dicen los especialistas en turismo: ‘Tren temático’; no es así, es (un proyecto) muy integral, si de esos 30 millones (de turistas) logramos que 10 por ciento utilice el tren, ya le damos vida, porque tenemos que preocuparnos por las culturas prehispánicas, por los antiguos pobladores de esta región, pero también por los actuales pobladores”.