Chilpancingo, Gro. El campesino indígena Na Savi(mixteco), Jaime Cirenio, denunció que el sábado pasado sujetos armados de la comunidad de Maxmadí, municipio de Azoyú, en la Costa Chica de Guerrero, lo amenazaron de muerte debido a que los denunció en las redes sociales por haber arrojado químicos en el río Quetzal, que desemboca en la Barra de Tecoanapa, municipio de Marquelia, “la afluencia del río es de alrededor de 20 kilómetros va al Océano Pacífico, por eso pido la intervención de organizaciones ambientales e institucionales, para que inspeccionen el lugar”.
Entrevistado vía telefónica, explicó que ese día “arribó al río el señor Francisco Valerio Calixto acompañado de otras personas de la comunidad de Maxmadí, y después de caminar sobre la rivera, y cuando llegué al río, ellos estaban alistando las cargas de más de dos costales de 50 kilogramos de camarones, langostinos y pescados, pero envenenando el río”.
Recordó que en su cuenta de Facebook escribió: “Anuncio que, en paso de San José o paso del Mango, hay personas derramando líquido contaminante y se está muriendo miles y millones de animales acuáticos: como son camarones, langostinos, de una manera exagerada abusando del medio ambiente y se les pide a las autoridades locales que ayuden a hacer justicia caiga quien caiga pero que se haga la justicia gracias por cooperar”.
Señaló que San José ubica en los límites del ejido de Cuanacaxtitlán, municipio de San Luis Acatlán, en tanto que y el ejido de San José Buenavista, pertenece al municipio de Igualapa, ambos en la Costa Chica de Guerrero”.
El campesino dijo que vive a escasos 50 metros del río Quetzala, y que desde hace 14 años prácticamente se ha convertido en un vigilante “ durante ese tiempo los pobladores de Maxmadí, han ingresado al ejido de Cuanacaxtitlán a cazar venados, talar árboles y arrojar químico al río, pese a que está prohibido”.
Al día siguiente “recorrí río abajo, y vi que todos los animales acuáticos estaban muertos, regados sobre la arena y piedra. Mientras que los buitres sobrevolaban en el lugar, es un crimen en contra de la naturaleza”.
Y posteriormente “me amenazó la gente de Francisco Valerio, pero no es la primera vez que arrojan químico al río, está es la tercera ocasión que lo hacen. Las otras veces no se denunció porque no los tenía ubicados, aunque también cazan venados, talan árboles, y arrojan químicos al río”, concluyó.