Nueva York. Lou Reed será para siempre una leyenda del rock y un poeta reconocido. El juglar neoyorquino, muerto hace 10 años, también era fanático del tai chi, un arte marcial chino y de vivir armónicamente sobre el cual había comenzado un libro que su viuda ha completado y publicado esta semana.
Él lo empezó, nosotros queríamos terminarlo
, dijo a la Afp la artista y referente musical estadunidense Laurie Anderson, quien fue su pareja y tercera esposa durante 20 años y permaneció a su lado hasta su muerte en 2013, cuando tenía 71 años.
El arte de la línea recta recopila pensamientos, conversaciones y meditaciones del ex líder de la mítica banda neoyorquina The Velvet Underground –conocida por su rock crudo y poético–, que relata sus tres décadas de práctica del tai chi, a menudo descrito como una gimnasia lenta que alivia el estrés y la ansiedad, según sus maestros y discípulos.
El libro arroja luz sobre la vida y personalidad del músico, nacido en marzo de 1942, en el distrito neoyorquino de Brooklyn, que quemó la vida por los dos extremos y falleció en octubre de 2013 debido a complicaciones derivadas de un trasplante de hígado.
Maduro como un luchador
Con The Velvet Undergound, Lou Reed había lanzado el rock al mundo del arte gráfico contemporáneo y extraía sus letras de una realidad vivida a través de las drogas y el sexo. The Velvet Underground and Nico, lanzado en 1967 y producido por Andy Warhol, combinó arte pop –con la famosa banana en la portada del disco– y un sonido agrio y vanguardista.
A partir de 1970, Reed se lanzó en solitario con una serie de éxitos, como Walk on the Wild Side (1972), producido por la difunta estrella británica David Bowie.
Quiero más que una vida hecha de gloria y discos de oro (...) Quiero madurar como luchador
, escribió así por 2009 el roquero en su etapa ya tranquila.
Fuerza invisible del universo
Quiero el poder y la gracia que nunca tuve la oportunidad de aprender. El tai chi te conecta con la fuerza invisible, sí, del universo. Cambia tu energía y tu espíritu
, resaltó este seguidor de la técnica de meditación.
El roquero trabajó con el maestro Ren Guang Yi durante mucho tiempo, estudiando y practicando durante varias horas al día cuando no estaba tocando.
Según Laurie Anderson, que hoy tiene 75 años, Lou Reed comenzó a practicar tai chi en la década de 1980 cuando tomaba drogas asiduamente, incluida la heroína, una etapa que describe con cruda franqueza en su canción Heroin.
No era el mejor momento para empezar, pero ¿es que alguna vez hay un momento malo para empezar?
, susurra Laurie Anderson con suave ironía, refiriéndose a un hombre muy decidido
en su práctica de tai chi.
La publicación de los textos de Reed sobre su amada práctica fue una progresión natural que siguió a sus décadas de promoción de los beneficios derivados de ella.
El guitarrista no fue tímido para hablar con la gente al respecto
, sostiene Anderson.
Pero Reed no fue la única estrella de rock que practicó este antiguo arte oriental.
Su viuda recuerda haber visto a miembros del grupo de heavy metal Metallica haciendo tai chi con Lou Reed y salir fascinados
durante su colaboración en el álbum Lulu en 2011.
Entonces, 20 años mayor que esos renonombrados músicos de heavy metal de California, una especie de anciano sabio
, según Laurie Anderson.
La publicación de los escritos de Lou Reed es una continuación de las acciones de su viuda, guardiana del templo quien dijo, en marzo de 2017, sueña con hacer que la obra de Lou sea accesible en su totalidad al público en general
.
En ese momento, la Biblioteca, Pública de Nueva York había adquirido los archivos del legendario artista para poner a disposición 3 mil 600 grabaciones de audio, mil 300 videos y el equivalente a 90 metros de escritos y fotografías.
En marzo de 2018, la editorial Anthology publicó Do Angels Need Haircuts (¿Precisan los ángeles de cortes de cabello?), una colección de poemas inéditos de Lou Reed escritos entre 1970 y 1971, y una grabación sonora del autor leyendo su poesía en una iglesia del East Village, en Manhattan.
El músico tenía 28 años entonces y había vuelto a vivir con sus padres en Long Island, al este de Nueva York, para trabajar como mecanógrafo en el negocio de contabilidad de su padre.
Él realmente quería una vida mejor. Fue una inspiración
, concluye Laurie Anderson, quien remarcó que Reed no era alguien que se sentaba y se lamentaba por lo mal que estaban las cosas
.