Ciudad del Vaticano. El papa Francisco instó a la iglesia de América Latina a dar "prioridad" a la lucha contra los abusos sexuales por parte de religiosos de manera que las víctimas obtengan justicia a través de "vías claras y accesibles".
En un mensaje enviado con ocasión del Congreso latinoamericano que se celebra en Paraguay, dedicado al tema de los abusos sexuales dentro de la iglesia, el pontífice argentino reconoce que ese fenómeno, así como "su mal manejo", representan un "claro peligro" para la institución.
"El abuso sexual por parte del clero y su encubrimiento por parte de obispos y superiores religiosos ha dejado una herida indeleble en el cuerpo de Cristo, la iglesia, debido al daño causado a tantas personas", escribió.
"Cualquiera que disminuya el impacto de esta historia y minimice el peligro actual deshonra a aquellas que han sufrido tanto y engaña a aquellos que dicen servir", afirmó.
En su mensaje, el papa advierte a los religiosos latinoamericanos que no permitan que "la falta de recursos" sirva de impedimento para promover medidas de prevención adecuadas.
"¡No se debe permitir que las crueles desigualdades que afectan a nuestras sociedades afecten a nuestra Iglesia!", subrayó.
El pontífice argentino recordó que "los líderes de la Iglesia han hecho mucho para enfrentar este mal y evitar que se repita" y los instó a organizar "más eventos de este tipo" debido a que sirven a la "escucha, reflexión y ayuda".
"Debemos ser capaces de ver los resultados de que los menores están más seguros en nuestra Iglesia", reconoció.
Francisco explicó también que la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores ha sido encargada de "supervisar y verificar la idoneidad de las políticas y prácticas sólidas en toda la Iglesia", así como de elaborar un informe.
De Chile hasta México, América Latina no quedó indemne de los abusos sexuales a menores perpetrados por sacerdotes y religiosos en el seno de la Iglesia católica.
Un estudio de 2019 sobre la pederastia en la Iglesia latinoamericana de la ONG británica Child Rights International Network (CRIN) indicó que más de mil denuncias contabilizadas en cuatro países -Argentina, Chile, México y Colombia- habían comenzado a romper el silencio en el continente.
El informe, el primero global del fenómeno en los 18 países de habla hispana del continente, más Brasil, citado por el diario español El País, que abrió un correo especial para que las víctimas cuenten su historia, estimaba que podía surgir una nueva oleada de denuncias tras las registradas en Estados Unidos, Europa y Oceanía.
Ninguna iglesia de América Latina ha elaborado hasta ahora un informe oficial sobre los casos como se ha hecho en Europa y Canadá.