Los legisladores republicanos en Texas están proponiendo una legislación que convertiría en un delito estatal cruzar la frontera ilegalmente desde México y crear una nueva fuerza de policía fronteriza que podría delegar a ciudadanos particulares, la última de las continuas presiones del estado para probar los límites de la autoridad del gobierno federal sobre la inmigración.
Las organizaciones de derechos civiles, los defensores de la inmigración y los demócratas criticaron de inmediato las propuestas, que comenzaron a llamar la atención después de la fecha límite del viernes para presentar proyectos de ley en la sesión legislativa bienal en curso de Texas.
“Creo que el hecho subyacente de que va a permitir que la gente cuestione que somos estadunidenses en nuestras comunidades fronterizas y en todo Texas es inaceptable”, dijo la representante estatal de Texas Victoria Neave Criado, presidenta del Caucus Legislativo México-Estadunidense.
Los proyectos de ley presentados en esta sesión permitirían que una unidad de policía estatal recién creada arreste, detenga y disuada a las personas que cruzan ilegalmente a Texas, construya más y mantenga las barreras existentes entre Texas y México y devuelva a los inmigrantes a México si se los ve cruzando a Texas.
Los oficiales fronterizos estatales servirían bajo la dirección de un jefe, quien sería designado por el gobernador. De acuerdo con un proyecto de ley, que tendrá que ser revisado por las dos cámaras legislativas del estado controladas por los republicanos antes de fines de mayo, el jefe podrá emplear policías estatales y locales con licencia para servir en la fuerza fronteriza, así como como “ciudadanos respetuosos de la ley” sin condenas por delitos graves.