El sector textil se enfrenta a grandes oportunidades por la relocalización de empresas tras el covid-19, pero también al contrabando técnico, que provoca que 2 de cada 3 prendas en el país sean ilegales, o la fuga de inversiones a Centroamérica por el tema energético, indicó Rafael Zaga Saba, presidente electo de la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex).
“Hay problemas, hay retos importantes, pero también una gran oportunidad de trabajar con un gobierno que espero nos escuche. Ese es mi objetivo, que nos escuche, que vean que este sector no pide fondos, no pide dinero. Todo lo contrario, cualquier cosa que les vamos a llevar a la mesa va a ser altamente recaudatorio”, dijo en entrevista con La Jornada el empresario que asumirá este día la dirigencia del organismo.
Manuel Espinosa Maurer, actual dirigente de Canaintex, explicó que la pandemia aceleró la crisis estructural de esta industria que no fue considerada esencial. La ilegalidad —subvaluación y contrabando técnico— continuó, se elevaron sus costos por el cuello de botella de los contenedores y el sobreprecio de los fletes marítimos, dijo. Ahora la relocalización ha generado oportunidades tras los cambios por el covid.
“Este sector tiene una oportunidad gigante, es una es una realidad que el nearshoring y todo este contexto de acercarse más a producir dentro de la región en la que se va a vender, está sucediendo”, dijo Zaga Saba.
“Estamos muy cerca del mercado más importante del mundo, tenemos de vecino en el norte a una potencia mundial”, anotó.
Sin embargo, también reconoció que el sector se enfrenta al robo de camiones que transportan insumos como algodón e hilos.
Sólo en los dos primeros meses del año incrementó 35 por ciento frente a enero-febrero de 2022.
“El robo de mercancías anteriormente se daba en productos terminados, hoy en día tenemos un incremento bestial de robos a materias primas, cosa que no sucedía”, dijo.
Mencionó que “se roban todo y es muy delicado”, pues los grupos delictivos hurtan pacas de algodón de 225 kilos, poliéster, hilos y otros insumos que requieren por lo menos 5 pasos antes de convertirse en un producto terminado.
“En algunos casos la materia prima puede representar hasta el 70 o 75 por ciento del costo total”, anotó.
Indicó que el material hurtado termina en el mercado informal del sector textil, el cual emplea a más de 600 mil personas, mientras que el formal da trabajo a 410 mil.
Espinosa Maurer anotó que la ilegalidad no sólo es el robo de mercancías e insumos, sino también contrabando y subvaluación, problemática que hace que dos de cada 3 prendas en el país sean ilegales.
Zaga Saba destacó que el contrabando técnico en el sector textil significó una pérdida de casi 10 mil millones de pesos. “Estamos hablando de una cantidad de dinero ¡bastante alta! Si tenemos un gobierno que nos escuche, que nos ayude, que se encamine en atender este tema, ellos van a recibir más dinero, que es muy necesario y nosotros vamos a poder competir”, dijo.
El presidente entrante de Canaintex señaló que el tema energético para el sector también es importante, porque no se han aprobado más permisos de cogeneración y generación en sitio para las fábricas del sector.
“Nosotros no podemos pagar más por la energía que lo que paga el sector en Estados Unidos, estamos hablando de que estamos al doble”, dijo.
Espinosa Maurer comentó que si bien no existe un monto estimado, inversiones del sector decidieron no establecerse en México por el tema energético e instalarse en Centroamérica.