Ciudad de México. A tres años del surgimiento del coronavirus SARS-CoV-2 prevalece la incertidumbre. Nadie sabe con certeza si en el futuro surgirá una variante con mayor capacidad de transmisión y/o letalidad. Tampoco se ha podido determinar si será necesario continuar con la aplicación de vacunas contra la infección y, en todo caso, cuál biológico sería el adecuado, afirmó Gustavo Reyes Terán, investigador y especialista en infectología.
Esto se debe a que, desde el inicio de la pandemia de covid-19, el virus ha tenido una evolución diferente a la del resto de patógenos respiratorios conocidos. Desde la cepa original surgida en Wuhan, China, durante 2020 y 2021 las diferentes variantes (alfa, beta, gamma, delta y ómicron) aparecieron de manera independiente. Ninguna se originó de la previa y cada una provocó oleadas de transmisión diferentes.
En cambio, con el microbio de influenza, sus variantes han tenido lo que en ciencia se conoce como renovación antigénica y mutaciones del mismo linaje. Significa que los virus circulantes originaron, sucesivamente, nuevas variantes para evadir la capacidad de respuesta del sistema de defensas del organismo. Esto es un remplazo secuencial dentro de la misma variante.
Esta característica se observó con el SARS-CoV-2 hasta diciembre de 2021, cuando apareció la variante ómicron. Desde entonces, ha sido la predominante en la emergencia sanitaria con varios sublinajes. Por primera vez el patógeno ha tenido el remplazo secuencial antigénico, similar al de epidemias y pandemias previas, señaló el experto.
Así, desde el punto de vista virológico, los sublinajes de ómicron han producido la cuarta (BA.1), quinta (BA.2 y BA.4/BA.5) y la más reciente, la sexta (BQ.1.1 y XBB.1.5) oleadas de contagios. Con cada una remplazó secuencialmente al sublinaje anterior.
Aunque nada se puede decir de manera definitiva, señaló Reyes Terán, titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad, lo más probable es que, de surgir una nueva variante, no tendría una mayor capacidad de transmisión ni de provocar fallecimientos de los pacientes.
Resaltó que el panorama de la pandemia de covid-19 cambió en el verano de 2021 cuando predominó la variante delta y encontró que la población, sobre todo la de mayor riesgo de complicaciones graves y muertes, ya había recibido las vacunas y/o ya había tenido la enfermedad. El impacto en ocupación hospitalaria y decesos empezó a disminuir desde entonces.
Las vacunas y la exposición al virus SARS-CoV-2 han producido una inmunidad híbrida, lo cual significa que el organismo genera mecanismos de protección por los inmunógenos y por la misma enfermedad, antes o después de haber recibido los biológicos. Eso explica el porqué a México le ha ido cada vez mejor en términos de salud pública.
Lo anterior, a pesar de que el número de casos del padecimiento ha sido alto y muy amplia las transmisión del patógeno entre individuos vacunados y no inmunizados, apuntó Reyes Terán.
Agregó que, con base en los datos científicos disponibles, se advierte la necesidad de seguir inmunizando, pero todavía no es posible determinar la temporalidad.
Parte de la incertidumbre que prevalece sobre el tema es porque algunos datos científicos indican que después de seis meses, en promedio,se registra una caída de anticuerpos neutralizantes. Estos se generan por las vacunas y por una infección por SARS-CoV-2.
No obstante, lo que se ha visto en las sucesivas olas de contagios, sobre todo en la sexta que ya va en descenso, es el muy bajo número de hospitalizaciones por complicaciones graves y muertes por covid-19. Indica que la inmunidad se mantiene y no es sólo por anticuerpos neutralizantes, sostuvo.
Imposible, anticipar el próximo inmunizante
El reto que enfrenta la humanidad es que no es posible fabricar un biológico que proteja a la población ante un nuevo incremento en la transmisión del coronavirus, porque se desconoce cuál será el sublinaje dominante.
Por ahora, expuso Reyes Terán, con los datos científicos actuales, es posible plantear que los sectores que deben recibir nuevas dosis de inmunizaciones son los adultos mayores y personas con enfermedades que disminuyen su sistema de defensas.
De cualquier manera, destacó, debe tenerse en cuenta que en México ya se cuenta con antivirales que disminuyen los riesgos de complicaciones por covid-19.
Esos medicamentos están dirigidos a población inmunosuprimida.
El investigador subrayó que el país está preparado para lo peor, aunque todo indica, y esperamos que sea, para lo mejor, como ha sido hasta ahora
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