La Habana. Por estos días de Internet, el robot es la moda. ChatGPT, por ejemplo, tiene la habilidad de producir contenidos infinitos e instantáneos sobre cualquier tema y formato sin contratar una redacción. Es el nuevo grito de la inteligencia artificial (IA) generativa, que crea textos e imágenes a partir de órdenes y que probablemente sea ya responsable de miles de artículos que se publican en los periódicos y hasta de los discursos de muchos políticos asépticos.
ChatGPT está bloqueado para Cuba, como otras 200 aplicaciones gratuitas en Internet, por ley de Estados Unidos que acatan las plataformas, aunque sus casas matrices estén en Estocolmo o París. Pero si en México se le ordena a este robot que diga cuál es el aporte de Cuba a la lucha contra el coronavirus, el programa es capaz de entender la pregunta y responder de vuelta en segundos:
Cuba ha contribuido de varias maneras durante la pandemia de covid-19. Aquí están algunos de los aportes más significativos:
Atención médica: Cuba cuenta con un sistema de salud altamente desarrollado y ha enviado médicos y enfermeros a otros países afectados por la pandemia para brindar ayuda y asistencia médica.
Desarrollo de vacunas: Cuba ha desarrollado su propia vacuna contra el covid-19, denominada Soberana, y la está exportando a otros países en desarrollo.
Investigación y desarrollo: Cuba ha estado a la vanguardia en la investigación y desarrollo de tratamientos y terapias contra la enfermedad.
Colaboración internacional: Cuba ha colaborado con otros países en la lucha contra la pandemia, compartiendo conocimientos y recursos para ayudar a combatir la enfermedad en todo el mundo.
En resumen, Cuba ha demostrado ser un jugador clave en la respuesta global a la pandemia de coronavirus y ha contribuido significativamente a la lucha contra la enfermedad a escala nacional e internacional.
La síntesis es magnífica y lo asombroso es que tal respuesta no puede ser atribuida a la propaganda del gobierno cubano, porque nadie desde la isla puede interactuar con ChatGPT. Pero, ¿es estrictamente correcta esta respuesta? ¿Qué falta o sobra?
La Jornada conversó con dos científicas cubanas, ambas doctoras en Ciencias que participaron de la creación de los biológicos cubanos con los que el país caribeño logró, en muy poco tiempo, inmunizar a su población.
Dagmar García Rivera es la directora de Investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), que creó el grupo de vacunas Soberanas
. Ella corrige de entrada al robot. Cuba desarrolló cinco candidatos vacunales, de los cuales tres se convirtieron en vacunas: Soberana 02, Soberana Plus y Abdala.
Pero lo que nos distingue a leguas del resto del mundo es que no tenemos movimientos antivacunas y por tanto más de 90 por ciento de la población acudió voluntariamente a vacunarse. Cuba es, además, el único país que ha hecho una campaña de vacunación masiva en población pediátrica. Ninguna otra nación ha vacunado a todas sus niñas y sus niños contra el covid
, afirma.
Las Soberanas
fueron desarrolladas por el IFV. Se sustentan en tecnologías de la década de 1980 que han producido biológicos utilizados en todo el mundo y certificados como especialmente eficaces para producir una fuerte respuesta inmunitaria en los niños. En el punto álgido de la campaña contra la epidemia, los profesionales de la salud cubanos administraban 300 mil dosis diarias de la vacuna. En ese momento, a casi dos años de haber sido declarada la pandemia, sólo 9.5 por ciento de la población de los países en desarrollo había recibido la primera dosis.
Si ChatGPT fuera un sistema más inteligente, quizás añadiría que lo hizo un país pequeño de unos 11 millones de habitantes, que enfrentó dificultades económicas considerables, y aun así desarrolló, fabricó y desplegó vacunas que han demostrado tener más de 92 por ciento de eficacia en la prevención de enfermedades graves, añade Belinda Sánchez, directora de Inmunología e Inmunoterapia del Centro de Inmunología Molecular (CIM).
Agradece que el robot reconozca el esfuerzo en la atención médica, que fue esencial: Desarrollamos nuestros propios protocolos de atención al enfermo moderado y grave de covid. Aplicamos productos novedosos desarrollados por la biotecnología cubana, como los interferones, el anticuerpo monoclonal Itolizumab (Anti-CD6), del CIM, y el CIGB 258 (Jusvinza), un péptido diseñado en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) para disminuir los procesos inflamatorios. Salvamos muchas vidas
.
Cuando la pandemia se desató no había tiempo para sortear el bloqueo de Estados Unidos, que lejos de suavizarse se endureció con las medidas de Donald Trump. Pudimos hacer nuestras propias vacunas porque teníamos gente formada y tecnología, pero el problema eran las materias primas. Por ejemplo, algunos insumos nos llegaron ocho meses después de solicitados a proveedores internacionales, cuando las vacunas estaban en la primera fase de los ensayos clínicos
, relata Belinda.
ChatGPT afirma correctamente que Cuba es un jugador clave en el desarrollo de vacunas, pero omite que esa posibilidad no salió de la nada. Desde la década de los 80 del siglo pasado la isla creó un sector de investigación y desarrollo biotecnológico que hoy cuenta con 32 institutos de investigación, además de fábricas para producir medicamentos bajo el paraguas del conglomerado estatal BioCubaFarma. Este complejo produce, entre otras, ocho de las 11 vacunas pediátricas administradas a través del programa nacional de inmunización del país.
Una nueva planta de fabricación de alta tecnología en el Complejo Industrial Mariel Biotech, sumada a las que producen las vacunas Soberanas
, elevan la capacidad mínima de producción de 15 millones de dosis mensuales.
También omite ChatGPT que el peso de la colaboración internacional de Cuba recae en la Brigada Henry Reeve, formada por profesionales de la salud que han cumplido misiones humanitarias en los cinco continentes, han trabajado en 46 naciones y siguen haciéndolo hasta hoy, pues viajaron a Turquía para asistir a las víctimas del terremoto. Desde su creación el 19 de septiembre de 2005 con motivo del huracán Katrina que destruyó Nueva Orleans –y cuya asistencia rechazó George W. Bush–, han colaborado en catástrofes naturales, enfrentaron el ébola en África y, obviamente, el coronavirus en varios países.
Los robots han salido de las jaulas. Ya no están en los laboratorios y centros de investigación, sino que han invadido espacios de nuestras vidas, aunque el diálogo que tienen con los humanos todavía es difuso y poco concreto.
Aún así, ChatGPT, se agradece su respuesta.